C. Pradera, Barcelona, 02-02-2022
En mayo de 2019 encontré un joven topillo mediterráneo (Microtus duodecimcostatus) atrapado en una trampa mecánica que tenía situada en el interior de un polideportivo de una población de la comarca de Osona, Barcelona. La trampa estaba en un pasillo cerca de una puerta. Y el polideportivo quedaba a unos 100 metros de zonas ajardinadas donde había colonias de topillos. Lo rescaté como pude y me lo llevé para observarlo. Lo puse en la oficina en un terrario grande con agua y alimento. Luego le tomé cariño y me lo llevé a casa. A día de hoy, sigue sano. Es un animal precioso (figuras 1-3). Debió de nacer a principios de la primavera de 2019, lo cual me hace pensar que tiene tres años de vida.
En el noreste de la Península Ibérica, donde vivo y desarrollo mi trabajo, el topillo mediterráneo es el cricétido de mayor abundancia y distribución. Se lo encuentra desde el nivel del mar hasta los 1.000 metros. Ausente en la región septentrional pirenaica [1]. A nivel de la península, también esta ampliamente distribuido, pero ausente en la cornisa cantábrica y en cotas elevadas [2]. El topillo es un animal subterráneo. Su hábito excavador necesita espacios abiertos o cultivados con un suelo que no sea ni muy pedregoso ni muy arenoso. Practica galerías no muy profundas dependiendo de la constitución del terreno, de 5 a 30 cm de profundidad [1].
Clasificaría a esta especie como abundante en mi zona. Allí donde haya una zona herbácea y húmeda, allí encontrará un buen lugar para instalarse. Se puede adentrar en espacios urbanos en parques y jardines. Los encuentro incluso en grandes rotondas con césped. Es un problema cuando se instala en una zona de juegos infantiles o en el área de césped que rodea una piscina. Si no se puede tolerar su presencia, entonces hay que echar mano de trampas y paciencia.
Antes de clasificar al topillo mediterráneo en el género Microtus, formaba parte del género Pitymys, actualmente considerado subgénero del anterior. Esta antigua separación era por su adaptación a la vida subterránea. Tiene una gran capacidad de excavación. Construye largas galerías interconectadas unas con otras (figuras 9-13). Remueve grandes cantidades de tierra que debe sacar al exterior. Su presencia se detecta por los montículos de tierra llamadas topilleras (figuras 4-8). Se distinguen de los montículos de los topos (Talpa) por ser más pequeñas y encontrarse más juntas y agrupadas. Los accesos a las galerías siempre están cerrada con un tierra.
Para Cataluña, Joaquim Gosàlbez nos da las siguientes dimensiones corporales: 91.0-110.5 mm de longitud de cabeza y cuerpo, 21.0-34.5 mm de longitud de cola, 19.0-32.0 gramos de peso [1]. En las imágenes 14 a 21 se puede ver un individuo adulto que encontré no recuerdo dónde. En las imágenes no se puede ver bien la longitud, ya que la perspectiva en la que está la cámara lo impiden. Pero la longitud de cabeza y cuerpo era de cerca de 100 mm. De su aspecto destaca la cabeza gruesa que sirve para empujar la tierra hacia el exterior. Las orejas son pequeñas y pegadas a la cabeza, cosa que explica su vida subterránea a través de galerías. Las patas traseras son también gruesas para mover la tierra como palas.
El topillo mediterráneo es un animal hipogeo que solo sale de sus galerías por la noche. No tiene muy buena vista. Muchos micromamíferos están activos por la noche, pues es el momento de menor peligro para ellos. Pero también es un momento en el que también hay depredadores. Este es el caso de las rapaces nocturnas entre las que se encuentra la lechuza común (Tyto alba) que limpia los campos de topillos manteniéndolos a raya.
El topillo es básicamente vegetariano. Se alimenta de raíces, bulbos, tubérculos y otras partes subterráneas de plantas. En algunos cultivos es un problema, ya que puede matar árboles y plantas al alimentarse de sus raíces. Pero también sale al exterior por la noche para alimentarse de tallos, frutos y cualquier otro alimento que encuentre. El topillo es un animal que hace despensa. Todo lo que encuentre lo introduce en sus galerías a modo de almacén.
Respecto a su estructura social, es una especie monógama que forma colonias de pocos individuos. Se estima que se puede reproducir durante todo el año con gestaciones de 1-5 embriones [1]. Sobre su reproducción influye el clima. Al norte, tiene una parada durante el invierno y, al sur, durante el verano [2].
Ahora bien, en zonas de regadío pueden dar lugar a elevadas densidades que pueden llegar a más de 900 individuos por hectárea [2]. He podido ver zonas infestadas de topillos en regadíos del Segrià, Lleida. Puede constituir un problema en instalaciones turísticas como campings. En estos casos, el mejor tratamiento es la aplicación de fosfuros para generar la fosfamina. Bien aplicado en las galerías y en su justa medida, carece de toxicidad secundaria para los depredadores.
Notas:
[1] Joaquim Gosàlbez i Noguera. 1987. Insectívors i rosegadors de Catalunya. Metodologia d’estudi i catàleg faunístic. Ketres Editora, Barcelona. 242 pp.
[2] Fernando Jubete. 2005. Microtus duodecimcostatus (de Sélys-Longchamps, 1839). pp 422-425. En: Atlas y Libro Rojo de los Mamíferos Terrestres de España. L.J. Palomo, J. Gisbert & J.C. Blanco (Eds). Dirección General para la Biodiversidad-SECEM-SECEMU, Madrid. 588 pp.