C. Pradera, Barcelona, 03-05-2018

El pasado jueves 3 de mayo de 2018, pude asistir al anillamiento de tres pollos de halcón peregrino (Falco peregrinus) en el acantilado de Montjuic (Barcelona). Fui invitado por Eduard Durany [1], quien es el responsable de la reintroducción de estas rapaces en Barcelona. Justo hace cuatro años, en 2014, tuve también la oportunidad de ver otro anillamiento en el mismo lugar. Desde hace años, en ese acantilado con vistas al mar crían los halcones. En un hueco en la vertical de roca, hay establecida una pareja que cada año aporta nuevos individuos a esta especie.

Dos agentes forestales fueron los encargados de descender por el acantilado hasta el nido y subir las crías para poder censarlas. Pudimos ver tres hermosos pollos, dos machos y una hembra. Mientras observaba la labor, pude ver que entre otros objetos llevados al lugar de anillamiento, había un envase de un producto antiparasitario para aves. Le comenté a Eduard Durany para qué lo utilizaba. Y me dijo que era para los parásitos que solía haber en los pollos. Entonces, extendió el ala de un pollo que sujetaba con sus manos y vimos correr algo diminuto a toda prisa. Picado por la curiosidad, le pregunté si podía llevarme una muestra de esos parásitos para poder observarlos. Le dije que tenía parásitos recolectados en paloma doméstica y que me gustaría ver de qué se trataba. Cogí el aspirador entomológico y me acerqué para aspirar. Los parásitos corrían rápidos por debajo de las alas. No era fácil capturarlos. En total recogí cuatro ejemplares que metí en un vial. Me comentó que otros años había constatado una mayor cantidad.

Al llegar a mi casa, dejé la muestra con los parásitos un par de días sobre mi mesa de trabajo. Y cuando tuve un momento para ello, los observé con la lupa binocular. Entonces vi algo que no había visto nunca antes. Aquellos parásitos tenían forma de mosca, pero con el abdomen muy desarrollado. En la imagen número 2, se pueden ver los cuatro ejemplares capturados. Observé que estas moscas no tenían alas. De hecho, vi que parecían rotas por la base sobre el tórax. Pensé que probablemente habrían nacido con alas enteras, pero que, al moverse entre las plumas de los pollos, se habrían roto quedando solo la base. También observé que en el vial había huevos (figura 3). Así que entendí que las moscas eran hembras que, durante los dos días que estuvieron dentro del vial, habían estado poniendo huevos. A partir de aquí, me puse a investigar un poco para saber qué especie de díptero había encontrado.

Buscando en el catálogo de Diptera de la Sociedad Entomomológica Aragonesa (SEA) [3], llegué a la conclusión de que pertenecían a la familia Carnidae. En la imagen número 4, se puede ver la lista de cárnidos. En la Península Ibérica se encuentran 30 especies repartidas en tres géneros. Y el único género de moscas parásitas de aves es Carnus, el cual cuenta con una única especie llamada Carnus hemapterus. Se encuentra ampliamente distribuida por toda Europa. Y también por Asia y América. Es muy interesante todo lo relacionado con esta especie. Explicaré brevemente lo que he encontrado.

Este díptero parasita cerca de 30 especies de ave de tamaño medio y grande entre las que se encuentran halcones, búhos, abejarucos o estorninos. De hecho, Carnus hemapterus parasita los pollos de estas especies. Las hembras adultas miden alrededor a los 2 milímetros. Los machos son de menor tamaño. Parece ser que la hembra adulta se alimenta de la sangre de polluelos [4]. Pone los huevos en el nido de su hospedador y las larvas se alimentan de todos los restos de materia orgánica que encuentran allí. No es poca cosa: excrementos, secreciones, cadáveres, etc. De las pupas salen moscas durante el mismo año, lo cual lleva a que un nido tenga un número elevado de parásitos al final del periodo de crianza. O bien se mantienen en este estadio durante el invierno para sortear el frío y la falta de pollos. Los adultos emergen con alas funcionales que utilizan para trasladarse a nuevos nidos. Y lógicamente, también utilizarán el vuelo para localizar a una pareja con la que realizar la cópula. Los adultos se establecen en un nido cuando sus hospedadores ponen los huevos. Y allí se queda circulando por el nido y por las plumas de los polluelos. En esta fase arrastrante es cuando pierden sus alas con el roce con las plumas.

Notas:

[1] Director Técnico en Anticimex España y miembro de Galanthus Natura.

[2] C. Pradera. 02-05-2014. Anillamiento de un pollo de halcón peregrino. El desinsectador y desratizador.

[3] Miguel Carles-Tolrá (coord.). 2002. Catálogo de los Diptera de España, Portugal y Andorra (Insecta). Sociedad Entomológica Aragonesa, Zaragoza. Monografías, 8. 323 pp.

[4] András Liker, Márta Márkus, Ágnes Vozár, Eszter Zemankovics & Lajos Rózsa. 2001. Distribution of Carnus hemapterus in a starling colony. Canadian Journal of Zoology, 79: 574–580.