Hace unos meses oí en la radio que Joaquín Araujo definía al buitrón (Cisticola juncidis), como «un suspiro con alas». Magnífico. Creo que no se podrían encontrar mejores términos, precisos y poéticos a la vez. Este pajarillo de aspecto regordete pesa unos 10 gramos de peso y mide unos 10 centímetros de largo. Despierta en mí ternura. Es abundante en toda la Península Ibérica. No es difícil encontrarse uno si vamos a su territorio. A mí me gusta acercarme a la orilla del río Besós y verlo entre matas y cañas. El territorio ideal del buitrón es una zona abierta con vegetación densa. No le gusta el bosque. Instala su nido en matas colgado cerca del suelo. Con su pico algo curvo es un sagaz perseguidor de insectos.
Me gusta adentrarme en su territorio y ver cómo alza rápidamente el vuelo y se aleja hasta una mata desde donde me observa. En la imagen 1 se puede ver la posición observante que adopta. Su escaso peso permite que se pueda agarrar a cualquier rama por endeble que parezca. Es una posición graciosa.
Se trata de un ave discreta, aunque a veces se muestra muy chillona. Me encanta verlo volar en vuelo alto y piando bien alto. Parece que entonces toda su discreción desaparece. Cuando se eleva alto lo hace de una forma muy particular. Se impulsa con las alas fuertemente y pía un fuerte chip. Entonces dibuja una corta curva ascendente y luego se deja caer para volver a impulsarse. Avanza como si diera saltos. Se oye un chip, chip, chip, chip… No es fácil tomarle unas fotos debido a su tamaño. Espero que se pueda apreciar la belleza de este pajarillo.
Más información:
– Javier Cano Sánchez. 2003. Buitrón, Cisticola juncidis. En: Atlas de las aves reproductoras de España. Ministerio de Agricultura, pp 452-453.
Magníficas las fotos. Las pocas veces que veo un buitrón es durante segundos, casi no da ni tiempo a indentificarlo.