C. Pradera, Barcelona, 01-05-2023
El pasado sábado estuve paseando por l’Estany, población cercana a Moià que se encuentra sobre los 800 metros de altitud. Es un lugar que en esta época está verde y primaveral. Pero este año de sequía no tiene piedad con nada. Cerca de la fuente de la Sala, apareció un hipobóscido que intentó en varias ocasiones chuparme la sangre (figura 2). Primero apareció sobre el brazo de mi mujer, luego sobre mi frente y luego sobre el pantalón. Conociendo sus hábitos, estuve un rato esperando hasta que conseguí cazarlo (figura 1). Al observarlo dentro del tubo de plástico, vi que se trataba de Hippobosca equina, conocida como mosca del caballo o mosca borriquera. Aunque también le valdría el apelativo de mosca cojonera.
Hacía tiempo que no veía una. Recuerdo haber visto muchas hace unos años en Lesaca, Navarra [1]. Había caballos sueltos en un cercado. Hippobosca tenía asegurada su ración diaria de sangre. Pero tampoco parecía que le hicieran asco a cuantas personas se acercaran. Cuando una de estas moscas te detecta, no te deja en paz. Te persigue. Es silenciosa. Tiene un vuelo discreto y directo. No la detectas hasta que te la encuentras posada encima. Cuando se posó sobre mi frente, fue mi mujer quien me lo advirtió. Por suerte, nos pusimos en guardia hasta que la cacé.
Es característico de los hipobóscidos el cuerpo aplanado y sus fuertes patas provistas de unas largas uñas que permiten agarrarse a los animales que parasita. La probóscide cuenta con piezas bucales para perforar la piel del hospedador (figura 4). En ciudad, es común la especie Pseudolynchia canariensis, conocida como mosca de las palomas [2]. A diferencia de la anterior, está muy centrada en vivir con las palomas por lo que no está considerada un problema sanitario. En el caso de Hippobosca, vive en bosques y se alimenta de sangre de vertebrados que tenga a mano. Si en la zona hay caballos y burros, estos serán sus principales hospedadores. Pero también se alimenta de otros animales domésticos como vacas, ovejas o cabras y de mamíferos silvestres [3]. No lejos de donde encontré la mosca, a no más de 1 km, había un cercado con caballos.
En Europa tenemos tres especies de este género: H. variegata, H. equina y H. longipennis [4]. Sin embargo, en la Península Ibérica solo tenemos registros de las dos últimas [5]. No es fácil distinguir estas tres especies, pero con la ayuda de una lupa binocular se puede si atendemos a la venación alar y a la coloración. En H. variegata las venas R1 y R2+3 se encuentran en el mismo lugar sobre la vena C. En cambio, en las otras dos especies, ambas venas están claramente separadas sobre la vena C (figura 3). Las dos especies ibéricas se diferencias por la coloración. H. longipennis tiene un aspecto más claro, las venas de las alas son en general claras y el escutelo es blanco o con el borde oscuro [4].
H. equina parece que tiene una distribución original en el Paleártico, pero ha sido llevada a otras partes del globo [3]. Es una especie muy interesante. Es una díptero que ha evolucionado para devenir un ectoparásito. Esto significa que tiene que vivir cerca de su fuente de alimentación, es decir, de la sangre. ¿Qué pasa con las larvas? Pues esto lo ha solucionado acortando la vida libre de las larvas. La hembra incuba los huevos en su interior en una cámara dando lugar a las larvas que se alimentan de secreciones hasta mudar al tercer estadio. La hembra deposita sobre el suelo larvas que rápidamente dan lugar a pupas [3]. Cuando la hembra lleva larvas en su interior, se nota porque tiene el abdomen engrosado.
El adulto está adaptado a la vida parasitaria. Como he explicado, destacan las garras para asirse de los pelos e introducirse bajo estos. En la mosca de las palomas sorprende con qué capacidad desaparece bajo las plumas. Detalle importante es que succionan la sangre de sus presas varias veces. Se tiene constancia de que pueden ser hasta 10 veces [3]. El hecho de volar conlleva la facilidad de encontrar hospedador, cosa que no pasa con las garrapatas (Ixodidae) que se las tienen que ver con una larga succión así como un largo período sin hospedador. H. equina presenta estacionalidad que va de mitad de primavera a mitad de otoño, aunque el cambio climático aumentará su período de actividad.
Respecto a su picadura, parece que no es perceptible cuando succiona, sino al cabo de unas horas produciendo picor [3]. Como en cualquier picadura, sabemos que la molestia varía dependiendo de la respuesta inmune de cada persona. El hecho de picar a distintos hospedadores puede convertirla en vector de enfermedades. Hay constancia de que es portadora de bacterias como Bartonella, Borrelia y Anaplasma [3].
Ahora bien, para librarse de esta mosca cuando andamos por un lugar infestado, podemos recurrir a los mismos métodos de protección que con otros insectos hematófagos como mosquitos (Culicidae) o mosca negra (Simuliidae). Vestir ropa que cubra todo la mayor parte del cuerpo y usar repelentes. Los hipobóscidos se guían hasta sus presas de manera parecida a los mosquitos. Por lo tanto, los repelentes cubren nuestros olores corporales que los llevan hasta la zona de succión. No evitaremos que lleguen, pero sí que nos piquen.
Notas:
[1] C. Pradera. 22-09-2018. Hippobosca equina (Diptera, Hippoboscidae) en Aguiña, Lesaca. El desinsectador y desratizador.
[2] C. Pradera. 13-10-2013. Sobre la mosca de las palomas (Pseudolynchia canariensis). El desinsectador y desratizador.
[3] Maślanko, W., E. Szwaj, M. Gazda & K. Bartosik. 2022. Hippobosca equina L. (Hippoboscidae: Hippobosca). An Old Enemy as an Emerging Threat in the Palearctic Zone. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19 (24): 16978. doi: 10.3390/ijerph192416978.
[4] Oboňa, J., K. Fogašová, M. Fulín, S. Greš, P. Manko, J. Repaský, J. Roháček , O. Sychra & M. Hromada. 2022. Updated taxonomic keys for European Hippoboscidae (Diptera), and expansion in Central Europe of the bird louse fly Ornithomya comosa (Austen, 1930) with the first record from Slovakia. ZooKeys 1115: 81-101. doi: 10.3897/zookeys.1115.80146
[5] Miguel Carles-Tolrá (Coord.). 2002. Catálogo de los Diptera de España, Portugal y Andorra (Insecta). Sociedad Entomológica Aragonesa, Zaragoza. Monografías, 8. 323 p.