C. Pradera, Barcelona, 22-09-2018
Hace unas semanas estaba paseando por la loma de Aguiña, en Lesaca (Navarra). No conocía el lugar. Disfruté de un paisaje de gran belleza. Una suerte para quienes vivan allí. Caminaba en dirección a la capilla de Jorge Oteiza. Y empezaron a acercarse ejemplares de Hippobosca equina, un díptero de la familia de los hipobóscidos (Hippoboscidae) conocido como mosca borriquera o mosca del caballo.
Hacía tiempo que quería fotografiar y recolectar ejemplares de este hipobóscido. Pero no había tenido ocasión de ello. Y eso a pesar de que es una especie bastante extendida y de distribución mundial. Es un parásito externo de los equinos de cuya sangre se alimenta (hematofagia). Aunque también puede buscar la sangre de otros mamíferos. En las ciudades, tenemos un hipobóscido no raro de ver. Se trata de Pseudolinchya canariensis, especie conocida coloquialmente como mosca de las palomas [1]. Parasita a esta ave y se puede encontrar en lugares donde abunda. Ahora bien, es raro verla alejada de las palomas a diferencia de Hippobosca equina. En cuanto vi un ejemplar de esta especie, supe que llegarían otros. Pude recolectar un buen número (figura 3). Luego, más adelante, junto a la capilla de Oteiza pude ver un grupo de caballos, origen de tanto hipobóscido (figura 1).
Como otros hipobóscidos, tanto el macho y la hembra de Hippobosca equina son hematófagos durante toda su vida de adulto. Es por ello que hacen su vida alrededor de sus hospedadores. Un rasgo interesante de los hipobóscidos es que la larva se desarrolla en el interior de la hembra. Solo cuando está a punto de pupar, la hembra deposita la larva sobre el hospedador. Y cuando pasa al estadio de pupa, esta cae sobre el suelo. Se trata de una buena estrategia para que la pupa caiga en los lugares habituales de paso o descanso del hospedador. Esta manera de reproducción implica que los hipobóscidos sean poco prolíficos, ya que la hembra desarrolla las larvas de una en una. Los adultos miden entre 6 y 9 mm.
En la Península Ibérica tenemos documentadas la presencia de 16 especies de hipobóscidos [6]. Del género Hippobosca tenemos dos: equina y longipennis. Se pueden diferenciar ambas por la coloración. Más oscura en equina y más clara en longipennis con las venas de las alas también claras.
Notas:
[1] C. Pradera. 13-10-2013. Sobre la mosca de las palomas (Pseudolynchia canariensis). El desinsectador y desratizador.
[2] Miguel Carles-Tolrá (Coord.). 2002. Catálogo de los Diptera de España, Portugal y Andorra (Insecta). Sociedad Entomológica Aragonesa, Zaragoza. Monografías, 8. 323 p.