Cuando llega el otoño, en el río Besós se juntan grandes bandadas de gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus). Esta pequeña gaviota es de gran belleza. Es bonito verlas sobre el río mientras nadan. Cuando el sol está alto, se ve el río moteado de blanco. A ciertas horas del día, estas gaviotas se aproximan al puente de Santa Coloma de Gramanet esperando que alguien les eche comida. A menudo, pasa alguna persona y les echa un poco de pan desde lo alto. Están acostumbradas a que les den comida. Si te paras un rato en el puente a mirar o te acercas a la orilla, las gaviotas se acercan a ti.
Hace unos días, estuve observando cómo daban de comer a las gaviotas. Las más avispadas van rápidamente a la caza del mendrugo. Cuando alguna obtiene su botín se encuentra que otras le siguen detrás para quitárselo. La persecución dura un rato y el griterío es sonoro. En algunas ocasiones, por allí también hay ánades (Anas platyrhynchos), que también quieren su trozo de pan. Los patos luchan también por obtener su parte. Las gaviotas que han conseguido un trozo de pan, se posan sobre el agua y engullen el pan. Levantan la cabeza y flexionan todo el cuerpo para tragar. A veces, sucede que el trozo de pan es demasiado grande. Y al no poder engullirlo, la gaviota lo abandona.