Fig 1. Araña L. rufescens en una trampa adhesiva para cucarachas./ C. Pradera 06-2023

C. Pradera, Barcelona, 14-10-2023

Introducción

La araña reclusa parda del Mediterráneo (Loxosceles rufescens) es una especie de éxito si tenemos en cuenta su distribución. El género Loxosceles consta de 133 especies, pero solo rufescens ha sido llevada a otros continentes y la podemos calificar como cosmopolita [1]. Se cree que tuvo su origen en el norte África, en el Magreb. Desde allí hace más de 5.000 años la llevamos a otras partes del Mediterráneo y Oriente Próximo. Y después en tiempos recientes la llevamos a otros regiones lejanas (figura 2) [2]. Esta araña encuentra en edificios todo lo que necesita para su desarrollo, por lo que podemos definirla además como sinantrópica y estructural. Como sabemos, adaptarse a vivir en una estructura humana da ventajas porque lleva a una especie por todo el globo y las condiciones ambientales son más estables en el interior de sus paredes que no en un entorno natural.

Pero no solo la afinidad de rufescens por los edificios facilita que colonice nuevos lugares. Hay por lo menos tres características a tener en cuenta. En primer lugar, fija su telaraña en lugares tranquilos, pero también es errante y busca nuevos refugios dentro de edificios. Por ejemplo, puede meterse dentro de una caja que luego es transportada. En segundo lugar, permanece tranquila en un recoveco donde puede permanecer entre 3 y 5 meses sin comida ni agua [2]. Y en tercer lugar tiene una longevidad mayor que otras especies domésticas, ya que puede superar los dos años de vida y excepcionalmente llegar a los 5 [1]. En un edificio, por inhóspito que parezca, encontrará artrópodos de los que alimentarse adaptándose a lo que haya disponible y aguantando meses sin comida hasta completar su ciclo.

Ahora bien, este éxito es perjudicial para nosotros los humanos porque las Loxosceles pertenecen a un reducido grupo de arañas provistas de un veneno muy tóxico. Además, la llegada de rufescens a una región donde ya existan otras Loxosceles agrava el problema. Este es el caso de América del norte donde cuentan con seis especies autóctonas. La más extendida es reclusa que cuenta con un importante historial de picaduras en Estados Unidos [3]. En América del Sur, en Chile, cuentan con laeta, la cual cuenta se considera la más virulenta de todas y cuenta extenso historial en la que ha habido fallecimientos [3]. Ambas especies también son conocidas como araña violinista por el patrón de colores de su prosoma.

Fig 2. Distribución de L. rufescens por Nentwig et al. 2017 [1].

Hábitat doméstico

Las arañas Loxosceles están adapatadas el clima seco mediterráneo, por lo que un edificio es un buen lugar para vivir. L. rufescens es la especie tipo del género. Fue descrita en 1820 por Léon Dufour a partir de ejemplares recolectados por las tropas napoleónicas a su paso por Valencia durante la Guerra de Independencia (1808-1814) [4]. En el medio natural las encontramos bajo piedras o troncos caídos y en cavidades. En un edificio, buscará espacios tranquilos situados principalmente a nivel de suelo o en partes bajas. Según mi experiencia, rufescens es una araña común en edificios de la península Ibérica en el área de clima mediterráneo. En el este peninsular, en la zona donde trabajo, es fácil encontrarla. En la época de mayor actividad, en primavera y verano, por la noche es fácil verlas deambular en interior y alrededor de edificios. [4]

Un ejemplo de lo relativamente fácil que es encontrarla me sucedió hace unos meses. Estuve una mañana con un compañero en Valencia inspeccionando un hospital. Hablamos de arañas y me comentó que no sabía identificar rufescens. Le comenté que si buscábamos bien, la encontraríamos en el edificio. Cuando bajamos al sótano, nos encontramos varias en una sala técnica. Luego fuimos a un edificio donde había un problema con Periplaneta americana en el falso techo de la planta baja. Y fue sacar las trampas y ver varias atrapadas (figuras 1 y 3).

Estas arañas buscan lugares tranquilos donde establecerse. Teje una telaraña irregular y caótica que puede llegar a ser de un palmo (figuras 12-13). Por tanto, sótanos, cámaras sanitarias o falsos techos son buenos lugares. Sin embargo, se instala allí donde puede cerca de las personas como es bajo muebles de cocina en el espacio que queda protegido por el rodapiés, pero también en muebles de baño o detrás de un armario. En una época en la que realicé muchos tratamientos contra chinches de cama (Cimex lectularius), observé bien su distribución doméstica. Un tratamiento contra chinches significa moverlo todo.

Fig 3. Arañas L. rufescens en trampa adhesiva para cucarachas./ C. Pradera 06-2023

Descripción

Los machos tienen un cuerpo de 5-8 mm de longitud frente a los 7-9 mm de las hembras [5]. Tienen un color pardo. El opistosoma es alargado y grisáceo mientras que el prosoma es amplio y de color crema. Las patas son largas y delgadas. Para su identificación segura lo mejor es observar los ojos. Tiene tres pares de ojos, un par central y dos laterales (figura 4). Una vez vista y bien observada, no se olvida. Y más si se la observa en reposo con los tres primeros pares de patas hacia atrás [6]. De hecho, de ahí viene su nombre formado por dos palabras griegas: loxós (=oblicuo) + skélos (=pierna) [4].

Ahora bien, tiene una actitud pacífica y se mueve tranquilamente. Solo pica en defensa cuando se sienten amenazada al carecer de un mecanismo de huida. Si por el contrario fuera agresiva, tendríamos muchos casos de picaduras. Hay que tener en cuenta que puede haber viviendas con una gran densidad. Recuerdo hace dos años encontrarme en una masía antigua bastante Loxosceles en una gran salón de paredes de piedra. Conté más de diez situadas en el perímetro de la parte inferior, ya que se instala principalmente a nivel de suelo. En un estudio hecho en Kansas en 25 viviendas, se encontró que 22 tenían reclusa con un promedio entre 83,5 y 114,9 arañas [3]. Sería interesante llevar a cabo esto en España con rufescens. En edificios antiguos nos sorprendería el número.

Fig 4. Vista dorsal del cuerpo y frontal del prosoma./ Paolino et al. 2021 [7]

Biología

Para reclusa la longevidad es de 1,5 años para un macho y de 1,7 años para un hembra, pero en condiciones de laboratorio superan los 2 años [3]. La fecundidad de Loxosceles parece baja respecto a otras especies, ya que de media la hembra pone 50 huevos por saco produciendo 2,7 sacos a lo largo de su vida [3]. Su período de mayor actividad y de reproducción es entre primavera y verano (mayo a julio). Los estadios de desarrollo pueden variar. Para laeta son de 9 a 12 mudas con una longevidad de 1.536 días (machos) y 1.894 días (hembras) puediendo llegar un máximo de casi 5 años en condiciones de laboratorio [8]. En el caso de laeta, puede sobrevivir 1,2 años sin alimentarse [3]. Su fuente de alimentación es cualquier atrópodo que cazar.

En cuanto al rango de temperaturas, reclusa soporta entre 4,5 y 43ºC [3]. En cambio laeta parece que soporta temperaturas entre -5 y 48ºC, pero su rango preferido es entre 16 y 23ºC, lo cual es fácil encontrar en edificios [8]. Respecto a su comportamiento, se trata de arañas solitarias, errantes y nocturnas. Su contacto con las personas se produce por la noche y en verano que es cuando tienen mayor actividad. Aunque también se produce a partir del otoño cuando bajan las temperaturas. Entonces puede buscar un lugar de refugio que puede ser en elementos textiles como ropa. Y es aquí cuando alguien puede ponerse una prenda de vestir donde esté escondida una araña.

Fig 5. Picadura de L. rufescens en pierna de varón./ Miriam 02-2023

Loxoscelismo

La importancia médica de estas arañas es tal que se ha creado la palabra loxoscelimo para definir las manifestaciones clínicas causadas por su picadura que en casos extremos puede llevar a la muerte [3]. El veneno es un complejo de encimas como el de otras arañas a excepción que contiene la enzima esfingomielinasa D que es la responsable de las lesiones necróticas. Una picadura no siempre es sinónimo de loxoscelismo, ya que la calidad y cantidad del veneno presenta diferencias según sexo, edad y estado fisiológico de cada individuo [9].

Tras la picadura, se pueden dar cuatro situaciones. En primer lugar puede no haber casi síntomas y pasa desapercibido el hecho. En segundo lugar, puede haber una afectación débil con picor y enrojecimiento. En tercer lugar, se producen heridas necróticas, el llamado loxoscelismo cutáneo. Y en cuarto lugar el veneno puede llevar a una lesión sistémica denominada loxoscelismo severo o sistémico. [3]. En esta situación puede haber náuseas, vómitos, fiebre y dolor muscular. En casos extremos (<1%) hay daños en el sistema vascular como destrucción de los glóbulos rojos (hemólisis) o coágulos diseminados y también daños en órganos provocando una insuficiencia renal aguda [9, 10]. Dicho esto, hay que valorar el riesgo. En Estados Unidos, en Chile y en Italia se han hecho estudios sobre la presencia de Loxosceles en edificios y, a pesar de haber una gran presencia, no se reportaron casos de loxoscelismo [3, 11].

Fig 6. Picadura de figura 5 de L. rufescens en pierna de varón./ Miriam 02-2023

Un caso de loxoscelismo

Para hacernos una idea de loxoscelismo cutáneo, nada mejor que mostrar imágenes de la necrosis. En febrero de este 2023 atendí el caso de una pareja de Girona donde hubo cinco picaduras a lo largo de cuatro meses. Recibió dos picaduras el varón en las piernas (figuras 5-6) y tres la mujer también en las piernas (figuras 7-9). En el hospital se diagnóstico picadura por Loxosceles después de algunas picaduras. Su preocupación llevó a que contactaran con la empresa donde trabajo. Realicé una inspección y busqué la ubicación de las arañas con el fin de hacer un tratamiento. Al desmontar los zócalos de los muebles de la cocina vimos telarañas, mudas y restos de presas, pero no las arañas (figuras 10-13). Se había estado alimentando de isópodos terrestres. Seguramente allí habían pasado parte del año hasta que llegó el frío y buscaron refugio en las habitaciones. Quizás se metieron en la cama o en la ropa del armario, lo cual originó un contacto que resultó en picadura.

En este caso de Girona, tenemos las picaduras tuvieron necrosis, unas más que otras. En estos casos, la evolución del daño es es el siguiente. Tras la picadura aparece al cabo de unas horas una lesión cutánea (edema) con enrojecimiento (eritema) que produce ardor. Al cabo de un día la lesión se torna violácea. Unos días después se produce una descamación que evoluciona hacia una lesión necrótica [9, 10]. En las imágenes de la picadura del varón se puede ver el momento de la descamación. Y en las imágenes de la mujer, la lesión propiamente necrótica en la que el veneno ha actuado lentamente eliminando el tejido.

Fig 7. Picadura de L. rufescens en pierna de mujer./ Miriam 02-2023

Medidas preventivas y correctivas 

En el caso de Girona se nos pidió qué se podía hacer para evitar pasar por la misma situación. Tras realizar la inspección y asegurar el correcto diagnóstico establecimos un plan de control. Como medida correctiva, se propuso un tratamiento insecticida por pulverización dirigido a las partes bajas, especialmente a las zonas donde se pueden ubicar. En un mueble que no se pudo desmontar, se aplicó insecticida en aerosol a través de cánula para que llegara al interior. También se puede llevar a cabo un monitoreo con trampas adhesivas para insectos rastreros. Y como medidas preventivas, hay que hacer conscientes a las personas afectadas de que inspeccionen la ropa siempre antes usarla. En casos extremos, se recomienda guardar la ropa en bolsas o dentro de cajas de plástico, aunque se encuentre dentro de un armario. También hay que evitar que las camas toquen la pared a la hora de dormir o bien que las sábanas y mantas cuelguen y entren en contacto con el suelo [12].

L. rufescens es nocturna y tiene mayor movilidad en primavera y verano. En estos momentos aumenta la posibilidad de que interactuemos de forma accidental. Ahora bien, el caso de Girona se dio en invierno. La lógica me hace pensar que se movieron buscando un lugar donde pasar el invierno. Entiendo que no hay mejor lugar que hacerlo protegido entre tejidos. También pudieron subir las arañas a la cama o bien a una toalla.

Fig 8. Picadura de figura 7 de L. rufescens en pierna de mujer./ Miriam 02-2023

Conclusiones 

Las picaduras por Loxosceles es un tema interesante con el que debemos informar, pero ir con cuidada porque es causa de alarma. Como indicaba al principio, están presentes en el interior de edificios, pero su comportamiento pacífico evita que haya contadas picaduras. El contraste entre picaduras y su presencia en edificios podría hacer pensar que rufescens tiene un veneno de menor importancia médica que reclusa en América del Norte o laeta en América del Sur. Sin embargo, esto no es así. En los estudios realizados sobre la composición del veneno de rufescens se ha visto que contiene niveles elevados esfingomielinasa D como en sus parientes americanas [10].

Respecto al caso de Girona me hace pensar en cuestiones como si en invierno el veneno contiene más esfingomielinasa D que en verano. Es lógico si tenemos en cuenta que en esta época lo que tenemos serán básicamente adultos. Si solo fueron dos picaduras, en ambas personas se ha producido una lesión cutánea por necrosis que, según estudios se produce entre el 40 y 50% de casos demostrados de picadura por Loxosceles [3]. En el caso de Girona sería del 100%.

Notas:

[1] Nentwig, W., Pantini, P., Vetter, R.S. 2017. Distribution and medical aspects of Loxosceles rufescens, one of the most invasive spiders of the world (Araneae: Sicariidae). Toxicon, 132: 19-28.

[2] Taucare-Ríos, A., Nentwig, W., Bizama, G. & Bustamante, R.O. 2018. Matching global and regional distribution models of the recluse spider Loxosceles rufescens: to what extent do these reflect niche conservatism?. Medical and Veterinary Entomology, 32: 490-496.

[3] Vetter, R.S. 2008. Spiders of the genus Loxosceles (Araneae, Sicariidae): A review of biological, medical and psychological aspects regarding envenomations. The Journal of Arachnology, 36 (1): 150-163.

[4] Planas Figueras, E. 2014. Diversitat del gènere Loxosceles Heineken & Lowe, 1832 a la Mediterrània i les Illes Canàries sistemàtica, biogeografia i loxoscelisme. Universidad de Barcelona. Tesis Doctoral. 303 p.

[5] Bellmann, H. 2011. Nueva guía de campo de arácnidos de Europa. Editorial Omega, Barcelona. 430 pp.

[6] C. Pradera. 13-12-2014. Sobre la araña reclusa parda del Mediterráneo, Loxosceles rufescens (Araneae, Sicariidae). El desinsectador y desratizador.

[7] Paolino, G. & Di Nicola, M.R. & Di Pompeo, P. & Dorne, J.L. & Mercuri, S. 2021. Key to medically relevant Italian spider bites: a practical quick recognition tool for clinicians. La Clinica terapeutica, 172: 336-346.

[8] Canals, M. & Solís, R. 2014. Desarrollo de cohortes y parámetros poblacionales de la araña del rincón Loxosceles laeta. Revista Chilena de Infectología, 31 (5): 547-554.

[9] Sánchez-Olivas, M.A., Valencia-Zavala, M.P, Sánchez-Olivas, J.A., Sepulveda-Velázquez, G. & Vega-Robledo, G. 2011. Loxoscelismo cutáneo necrótico. Informe de un caso. Revista Alergia México, 58 (3): 171-176.

[10] Hernández Pérez, N., Alonso Gordo, J.M., & Fuentes López, A.. 2012. Loxoscelismo cutáneo. Revista Clínica de Medicina de Familia, 5 (1): 73-75.

[11] Romiti, F., Di Domenico, M., Magliano, A., Del Lesto, I., Ermenegildi, A. & De Liberato, C. 2021. Synanthropic habitats of the Mediterranean recluse spider Loxosceles rufescens (Araneae: Sicariidae) in central Italy. Arachnology, 18 (8): 814-820.

[12] Hedges, S.A. & Vetter, R.S. 2012. Field guide for the management of urban spiders. 2nd edition. GIE Media, USA. 246 p.

Fig 9. Picadura de figura 7 de L. rufescens en pierna de mujer./ Miriam 02-2023

Fig 10. Telaraña de L. rufescens bajo un mueble de cocina./ C. Pradera 02-2023

Fig 11. Presas de L. rufescens bajo un mueble de cocina./ C. Pradera 02-2023

Fig 12. Telaraña de L. rufescens bajo un mueble de cocina./ C. Pradera 02-2023

Fig 13. Telaraña de L. rufescens bajo un mueble de cocina./ C. Pradera 02-2023