Hace unos días estuve en Hondarribia, Guipúzcoa. Fui de acampada y planté la tienda en el Camping del Faro de Higuer, al oeste de la bahía. Estuve disfrutando de esta zona tan bonita. Y no solo por su paisaje, sino también por la fauna que encontré. Con un ojo puesto en la abundante madera obrada de las casas, descubrí una carcoma anóbida (Anobiidae) que no había tenido oportunidad de ver. Se trata del coleóptero Calymmaderus solidus, el cual abundaen la zona.
Descubrí este xilófago de la manera más simple. Fui a desayunar al bar del camping y allí pude ver daños en la madera de algunos marcos de puertas y ventanas y, también, en la madera de algunos arrimaderos (figuras 9 a 12). Al ver los agujeros de salida, busqué rápido algún ejemplar adulto por las esquinas. Recogí uno y lo miré con la lupa de bolsillo. Me di cuenta de que era un anóbido diferente a los que abundan en la zona donde vivo. Por la característica forma de las antenas, vi que se trataba de Calymmaderus solidus (figura 2). Esta especie pertenece a la subfamilia Dorcatominae [1] a diferencia de las carcomas Anobium punctatum y Oligomerus ptilinoides que pertenecen a la subfamilia Anobiinae.
Una vez identificado, solicité al responsable del local si me pertmitía recoger muestras y tomar algunas fotografías. Esta persona me explicó que eran conscientes de la problemática generada por carcomas. Le di consejos sobre qué deberían hacer para su eliminación. Y tras ello recogí el máximo número de ejemplares que fueron en total 25. Sin embargo, al examinarlos esta tarde en casa, he visto que 24 pertenecen a la especie citada salvo uno, el cual es un ejemplar de Anobium punctatum. Por tanto, tenemos dos especies labrando galerías.
Según Francisco Español Coll [2], C. solidus mide entre 3’5 y 5 mm, lo cual concuerda con los ejemplares recogidos, algunos de los cuales se pueden ver en la imagen número 1. Este autor refiere que se trata de una especie de origen americano que se ha aclimatado al clima del suroeste europeo: norte de Portugal, región cantábrica española y región francesa próxima a los Pirineos Occidentales. Por tanto, es una especie exótica y se encuentra en expansión. Es de suponer que habrá desplazado a otras carcomas de la zona. En concrecto, a Anobium punctatum, carcoma conocida por ser la más común en toda Europa. A C. solidus se le atribuye gran voracidad. Se comparan sus daños con los efectuados por Oligomerus ptilinoides en el área mediterránea.
Visto lo anterior, he recurrido a la obra de un gran estudioso como fue Gustav Kraemer, pero no he encontrado ninguna mención de esta especie. Y eso que este estudioso trabajó principalmente en la zona de Cantabria. No hay mención ni en su ‘Conservación de maderas’ de 1958 [3], ni en su ‘Tratado de la previsión del papel y de la conservación de bibliotecas y archivos’ de 1973 [4]. Tampoco he encontrado mención en obras españolas más actuales de otros autores como Juan Antonio Rodríguez Barreal [5]. Y tampoco en manuales franceses cuando esta carcoma está en expansión por el territorio galo. En fin, se trata de un tema muy interesante.
Notas:
[1] Coleópteros xilófagos del género Dorcatoma (Anobiidae: Dorcatominae). Desinsectador, 18-06-2018.
[2] Francisco Español Coll: Coleoptera, Anobiidae. Fauna Ibérica, núm. 2, Museo Nacional de Ciencias Naturales (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), Madrid, 1992.
[3] Gustav Kraemer Koeller: Compendio de la conservación de maderas. Santander, 1958.
[4] Gustav Kraemer Koeller: Tratado de la previsión del papel y de la conservación de bibliotecas y archivos (vol I y II). Dirección General de Archivos y Bibliotecas, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1973.
[5] José A. Rodríguez Barreal: Patología de la madera. Mundi-Prensa y Fundación Conde del Valle de Salazar, Madrid, 1998.