C. Pradera, Barcelona, 27-03-2017
Hace unos días entré en un hipermercado. Y como siempre que entro, que son pocas veces porque me quedan lejos, hago una visita a la sección de insecticidas. Miré por encima y vi que había los mismos productos de siempre. O no, porque me pareció ver un producto que no había visto antes en una esquina. Me acerqué a la balda y vi que ponía en la etiqueta Zum Congelator (figura 1). Y debajo del nombre se podía leer «sin biocidas». En la balda había un cartelito donde se podía leer la descripción del producto como ‘congelador anticarcoma’ y también el precio con la cifra mágica de 19’95 euros.
Me picó la curiosidad y cogí uno de los envases. En el centro de la etiqueta se podía ver una imagen de tres insectos: una larva y dos adultos (figura 2). Estaban sobre lo que parecía una madera estropeada y agujereada. Una persona corriente puede pensar que se trata de tres especies xilófagas, es decir, que se alimentan de la madera. Pero yo tan solo reconozco como xilófago el soldado de termita, el cual está más a la derecha. Y debajo de la imagen, se podían leer otras frases descriptivas como «inmovilizador por frío» y «congelamos su problema» (figura 3 y 4). Es decir, que intuía que el producto era para eliminar carcomas y termitas, pero en ningún lado lo especificaba. Así que le di la vuelta al bote para seguir leyendo la etiqueta (figuras 5 y 6). Sobre su modo de empleo se decía: «aplicación mediante pulverización sobre los lugares de anidamiento y escondite de los insectos rastreros.» Aquí me despisté. Busqué si había más información sobre contra qué insectos estaba destinado el producto, pero no había nada más.
En cuanto a su composición, en la sección titulada «composición cuantitativa» se podía leer que estaba compuesto por «Trans-1,3,3,3-Tetrafluoroprop-1-ene». Y a pesar de que ponía claramente «composición cuantitativa», no se especificaba cuánto había de este producto. ¿Es el 100%? Busqué de qué compuesto se trataba y encontré que era un organofluorado que se usa como refrigerante y recibe el nombre de hidrofluoroolefina. Justo debajo, en la sección de «indicaciones de peligro» se leía: «recipiente a presión: puede reventar si se calienta». Pero en la etiqueta no había ningún tipo de pictograma de advertencia de peligro.
Como se puede deducir, Zum Congelator es otra burla del mercado que nos quieren colar. El envase imita a los productos insecticidas anticarcoma. Dispone de una cánula, aunque demasiado gruesa para utilizarla a través de los agujeros de salida de anóbidos, familia de escarabajos a la cual pertenecen las carcomas que suele haber en las casas. Por otra parte, aunque pudiéramos inyectar este gas gélido a través de los agujeros, el frío no llegaría a la mayoría de larvas de carcoma. Pero si le damos la capacidad de que pueda llegar a matar alguna larva, no puedo ni imaginar qué efectividad pudiera tener contra termitas, puesto que en la etiqueta aparece un dibujo que invita a hacer deducciones. Así pues, el producto lo veo como altamente ineficaz. De hecho, es tan claramente ineficaz que el propio fabricante juega a despistar y no indica en ningún lugar contra qué insectos hay que utilizarlo. Por la imagen, se podría pensar que está diseñado contra xilófagos, pero por el modo de empleo se dice que se debe utilizar contra insectos rastreros. En la jerga de control de plagas, esta clase de insectos son cucarachas y hormigas.
Y el precio del envase tiene delito porque vale casi 20 euros, más que cualquier insecticida anticarcomas de uso doméstico que, por supuesto, será mucho más eficaz. Creo sinceramente que este producto no debería estar en un comercio. Es una burla al consumidor. Suele suceder con este tipo de productos, no sirven para lo que dicen servir, pero mientras tanto el interesado se va lucrando. En este caso no es otro que Quimiopen SL, la empresa que ha comercializado Zum Congelator, que lleva unos años despistando a los consumidores y colocando sus productos. La marca Zum es muy vendida como insecticida en aerosol contra insectos rastreros. No es un mal producto, pero se exageran sus propiedades. En la etiqueta del envase, aparece esta frase: «un año sin insectos» [1]. Sin embargo, en el caso de Zum Congelator, los responsables de Quimiopen han traspasado una línea peligrosa. ¿Qué será lo próximo?
En resumen, un producto mal etiquetado hecho expresamente para confundir al consumidor. Y un producto lanzado al mercado sin ningún tipo de pruebas de eficacia. Para quien no lo sepa, la diferencia entre un producto biocida y uno que mata pero dice no ser biocida, no es tan solo que uno lleva materias activas peligrosas y debe estar registrado por el Ministerio de Sanidad. Es algo más importante. En primer lugar, se realizan estudios de toxicología y se explica cómo debe ser su uso seguro. Y en segundo lugar, el producto biocida está obligado a realizar pruebas que demuestren su eficacia.
Notas:
[1] C. Pradera. 28-05-2013. Insecticida Zum, ¿un año sin insectos?. El desinsectador y desratizador.
Goital! es un ‘zumtimo’ en tota regla! quina vergonya que això ho puguin vendre aprofitant-se del desconeixement de la gent sobre xilòfags.
Bon aport!
Por desgracia, tienes toda la razón del mundo..yo soy asiduo también a hacer las mismas comprobaciones que haces tu en las grandes superficies.. y cada vez que lo hago, alucino con los engaños hacia el consumidor que se producen..aun recuerdo el producto barrera total que pulverizandolo por la ventanilla del coche, podías circular sin que te entraran mosquitos, o en una ventana corredera de 2×2… Parece que no hay limites contra esta gente sin escrupulos. Saludos desde la nueva y resurgida Fumix HA
Hola. Me alegro de que hayáis recuperado el nombre de Fumix. Deseo que os vaya bien en esta nueva aventura. Saludos.