El viernes me encontré un grillo de dos manchas, Gryllus bimaculatus, detrás de un portacebos situado en el exterior de una fábrica situada en la Zona Franca de Barcelona. Al descubrirlo no huyó. Se quedó quieto. Aproveché que tenía un pote y lo metí dentro. Vi que le faltaba una de las patas traseras con las que se impulsa para huir. Quizás fuera por esto que me fue fácil recogerlo. También pude ver que se trataba de un ejemplar adulto hembra. El sexo, en el caso de los grillos, es fácil saberlo por el oviscapto que tienen las hembras. Se valen de este órgano para depositar los huevos en el suelo. Esta especie de grillo se diferencia del grillo campestre, Gryllus campestris, por las dos manchas que tiene en la base de las alas (figura 3). Otra diferencia es su distribución. Mientras que el grillo campestre está distribuido por gran parte de Europa, el grillo de dos manchas es una especie de la región circunmediterránea. Espero que las imágenes hagan justicia de lo bonito que es este grillo. Canta fuerte y es un placer oír su lejano cricrí mientras uno duerme.
