Vídeo 1. Imágenes de un individuo de Tarsostenus univittatus./ Marta Galdiano 09-2025

Carlos Pradera, Barcelona, 21-09-2025

Quiero agradecer a Amador Barambio que compartiera conmigo un vídeo y unas interesantes fotos de unos cléridos que aparecieron en unas sillas de madera. El caso fue reportado por Marta Galdiano, colaboradora de Savia Formación (saviaformacion.com). Por lo que parece, Marta Galdiano tiene unas sillas atacadas por carcoma en una vivienda en Chiclana de la Frontera (Cádiz). Para dar solución al problema, aplicó un producto de uso doméstico contra carcomas por los agujeros de salida (figura 2). Al entrar el producto antixilófago salieron unos pequeños coleópteros (figura 3). Hizo un vídeo de uno de ellos corriendo por el brazo de la silla que comparto arriba (vídeo 1).

Sobre Tarsostenus univittatus

En las imágenes vimos un coleóptero que no habíamos visto antes. Al ver salir un coleóptero de los agujeros de la caracoma, lo primero que pensamos es en que fuera un xilófago. Sin embargo no tenía el aspecto de las especies de la familia Anobiidae, Lictydae, Cerambycidae o Botrichydae, por mencionar las comunes que infestan la madera obrada. Además estamos un poco fuera de la época de salida de xilófagos. La foto no era buena, pero lo suficiente como para entrever un Cleridae. Y aquí estaba la clave porque las especies de esta familia se alimentan de otros insectos. Un buen número de ellas lo hacen a costa de otros coleópteros xilófagos en el medio natural. Y unas pocas pueden completar su ciclo en interiores para depredar las carcomas adaptadas a la madera obrada. Los cléridos adultos se introducen por las galerías buscando larvas. Y allí dejan los huevos para que su descendencia encuentre alimento. Es por ello que llegamos pronto a la identifiación como Tarsostenus univittatus (figura 1).

Los cléridos es una familia común en exteriores, pero poco numerosa en la península Ibérica donde hay registros de 37 especies, según el catálogo de Bahillo de la Puebla y López Colón [1]. T. univittatus está presente a lo largo de toda la península, aunque faltan citas en muchas provincias. Junto a esta tenemos otra especie del mismo género, Tarsostenus carus, aunque solo consta una cita para Gerona. Su coloración además es diferente, por lo que reducimos el error de identifiación.

Albouy y Richard incluyen esta especie en su guía sobre coleópteros y nos dan unos interesantes datos [2]. Los adultos miden 3-5 mm de longitud, por lo que son muy pequeños. Pero lo suficiente para introducirse por las galerías de pequeños xilófagos y darles caza. De color oscuro, se caracteriza por la banda transversal y blanca a mitad de los élitros que aparece interrumpida. El pronoto es alargado y casi tan ancho como la base de los élitros. Sobre su ecología, los autores indican que es cosmopolita y probablemente haya sido importada en Europa en el pasado con el comercio de madera. Indican que está ampliamente distribuida por Europa. Comentan que es común en aserraderos y almacenes de madera donde da caza a carcomas del género Lyctus. Este dato es importante, porque las sillas eran de madera de frondosa según indicó Marta Galdiano. Pero no sabemos nada de la especie xilófaga.

Leavengood, en su tesis de los cléridos de Florida, aporta bibliografía en la que parece que T. univittatus ha sido solo encontrado en relación a maderas atacadas por Lyctus. Se lo considera un importante depredador de Lyctus africanus, especie peligrosa y en expansion mundial. Ahora bien, no parece lógico que ligue su supervivencia a una familia o género. En este punto, una nota sobre la detección de T. univittatus en Chile, aclara que puede alimentarse también de larvas de bostríquidos.

Sobre los cléridos en interiores

Los cléridos son interesantes. Y también atractivos si los ves volar de flor en flor durante el verano. A mí se me va la vista cuando los veo. Además, parece que no tienen problema en completar su ciclo en interiores si encuentran el sustento. Por supuesto, mejor en una vivienda protegido que a la intemperie. En la actualidad las casas están más adecentadas. Pero en el pasado, en las condiciones en las que vivíamos y con acumulación de madera para el hogar, debían ser comunes en interiores.

Los cléridos más importantes por su impacto sobre los alimentos son Necrobia rufipes y Necrobia ruficollis. No son xilófagas. Ambas son plaga del jamón y de productos derivados de la carne. Los adultos y larvas son a la vez depredadores de otros insectos y carroñeros que se alimentan de la carne. También está Necrobia violacea, aunque esporádicamente en interiores. Desde hace unos años, también la estamos encontrando Necrobia rufipes en almacenes y tiendas de comida para mascotas en huesos del jamón, derivados y pienso [5]. Atacan otros muchos productos y su impacto es importante.

Otras especies que se pueden encontrar en interiores son Korynetes caeruleus, Opetiopalpus scutellaris y Thaneroclerus buqueti, las cuales habitan los almacenes depredando plagas de los productos almacenados [6]. A parte de estas, otras más pueden encontrarse en almacenes dependiendo del continente. En relación a las carcomas de la madera, hay un buen numero de cléridos que viven ligados a los xilófagos en el medio natural. A estos cléridos se los denomina xilófilas, ya que protegen de alguna manera la madera. En la península Ibérica serían xilófilas las especies pertenecientes a los siguientes géneros: Allonyx, Clerus, Denops, Korynetes, Opilo, Tarsostenus, Thanasimus, Tilloidea y Tillus.

Entre los cléridos depredadores  de especies obradas en interiores, tenemos a Enoplium serraticorne del cual solo me encontré un caso en relación a una infestación de Oligomerus ptilinoides [7]. También encontré un caso de Opilo domesticus  hace unos años, especie parecida a Opilo mollis que también persigue anóbidos [8]. Hickin menciona Korynetes caeruleus también como depredador de anóbidos [9]. Y para acabar, Gustav Kraermer menciona Clerus fromicarius (actualmente Thanasimus formicarius) en su manual dedicado a la conservación de madera. Lo cita como depredador de Scolytinae, como son los perforadores del pino del género Tomicus. Aunque estas especies se encuentran en exteriores, apareciendo puntualmente solo en leñeros y madera apeada.

Notas:

[1] P. Bahillo de la Puebla, J.I. López Colón & F. Prieto Piloña. 2021. La familia Cleridae Latreille, 1802 (Coleoptera) en la Península Ibérica e Islas Baleares. Arquivos Entomolóxicos, 23: 3-98.

[2] Albouy, V. & Richard, D. 2019 Guía de los coleópteros de Europa. Ed. Omega, Barcelona. 400 pp.

[3] Leavengood, J.M. 2008. The checkered beetles (Coleoptera: Cleridae) of Florida. Tesis Doctoral, University of Florida, 206 pp.

[4] J aime Solervicens. 1991. Presencia de Tarsostenus univittatus (Rossi) (Coleoptera, Cleridae) en Chile. Acta Entomológica Chilena, 16: 257-258.

[5] C. Pradera, M. Codina-Diago, A. Torres-Torres. 2025. Primeros registros de Necrobia ruficollis (Fabricius, 1775) y Necrobia rufipes (DeGeer, 1775) (Coleoptera, Cleridae) para la provincia de Gerona (España). Revista gaditana de Entomología, 17: 103-107.

[6] D.W. Hagstrum, T. Klejdysz, B. Subramanyam, J. Nawrot. 2013. Atlas of Stored-Product Insects and Mites. AACC International, St. Paul, Minnesota. 589 pp.

[7] C. Pradera. 16-07-2019. Enoplium serraticorne (Coleoptera, Cleridae), depredador de la carcoma Oligomerus ptilinoides. El desinsectador y desratizador.

[8] C. Pradera. 07-08-2025. Sobre Opilo domesticus (Coleoptera, Cleridae) como depredador de carcomas de la madera. El desinsectador y desratizador.

[9] N.E. Hickin. 1968. The insect factor in wood decay. Segunda edición. The Rentokil Library, Londres. 344 pp.

[10]  G. Kraemer Koeller. 1958. Compendio de la conservación de maderas. Santander. 528 pp.