
Fig 1. Mosca Sarcophaga junto a sus parasitoides Nasonia vitripennis y Tachinophagus vitripennis./ C. Pradera 07-2020
C. Pradera, Barcelona, 25-07-2020
Un mes atrás recogí un cadáver de ratón doméstico que tenía larvas de dípteros necrófagos en su interior. No sabía si se trataba de larvas de Calliphoridae, Muscidae o Sarcophagidae. Pero esto no me interesaba porque quería las larvas para alimentar a cuatro larvas de Myrmeleontidae (Neuroptera) que había recogido de la orilla del Ebro en Miravet.
Las larvas de dípteros necrófagos crecen muy deprisa y consumen rápidamente el cuerpo del que se alimentan. Cuando estaban bien gordas y a punto de pupar observé que dentro de la caja de plástico donde había metido el cadáver aparecieron unas pequeñas avispillas. Se trataba, por supuesto, de parasitoides. Decidí averiguar de qué especie se trataba. Así que pensé que lo mejor era dejar que las avispillas hicieran su trabajo y esperar qué emergía de las pupas.
Pues bien, mi sorpresa fue triple. En primer lugar, al cabo de un par de semanas emergieron adultos de Sarcophaga. No sé por qué, esperaba que aparecieran adultos de Calliphora, que es la especie necrófaga que acostumbro a ver. No me he molestado en identificar la especie porque tengo pendiente adentrarme en el género Sarcophaga cuyo catálogo comprende un buen número de subgéneros y especies.
En segundo lugar, al poco de las Sarcophaga emergieron en unas avispillas preciosas de color verde metálico que no me costó en identificar como Nasonia vitripennis, la cual pertenece a la familia Pteromalidae. Sobre esta especie hay mucha literatura científica disponible, ya que ha sido ampliamente estudiada tanto en estudios de genética como para su uso como biocontrol de moscas. La hembra oviposita sobre la pupa. Está considerada un ectoparasitoide porque las larvas no entran en el interior del hospedador, sino que se alimentan de la larva en transformación dentro de la pupa. N. vitripennis parasita un buen número de dípteros principalmente de las familias Calliphoridae, Muscidae y Sarcophagidae. Tiene una distribución cosmopolita.
Sin embargo, y en tercer lugar, cuando creía que todo lo que iba a encontrar era el parasitoide apuntado, apareció una segunda oleada de avispillas. En este caso, me costó un poco encontrar la especie. Y fui a dar con Tachinaephagus zealandis de la familia Encyrtidae. En este caso, se trata de un endoparasitoide, ya que la hembra oviposita sobre la larva de díptero poco antes de entrar en el estadio de pupa. T. zealandis es también una especie conocida en la literatura científica, ya que se ha utilizado para biocontrol de moscas. En este punto, hay que indicar que se supone originaria de Austaralia y Nueva Zelanda desde donde fue introducida a finales de la década de 1960 en California. Y posteriormente fue introducida en Dinamarca a principios de la década siguiente. Como en el caso del parasitoide anterior, T. zealandis parasita dípteros de las familias Calliphoridae, Muscidae y Sarcophagidae. Debido a su uso como biocontrol, ha sido llevada a otros continentes. Así que tiene casi el rango de cosmopolita. Respecto a la Península Ibérica no he encontrado citas, pero sí para otros países de Europa [2].
Notas:
[1] Ralph S. Peters. 2014. First record of the parasitoid wasp Tachinaephagus zealandicus Ashmead, 1904 (Hymenoptera: Chalcidoidea: Encyrtidae) in Germany. Bonn Zoological Bulletin, 63(1), pp 115-118.

Fig 6. Individuos de Tachinaephagus zealandis (arriba) y de Nasonia vitripennis (abajo)./ C. Pradera 07-2020