C. Pradera, Barcelona, 21-01-2017
En este blog dedico un espacio a investigar sobre el origen de los diversos formulados insecticidas. Uno que me resulta interesante y que tiene un destacado espacio en el mercado de insecticidas domésticos es el cebo en placa (plate bait en inglés) [1]. Algunos fabricantes lo definen como ‘trampa’, pero no es un término correcto porque no atrapa nada. En España, los cebos contra insectos se venían usando desde hacía muchos años. Aunque con la preeminencia de los insecticidas organoclorados a partir de 1945, su uso decayó. ¿Para qué uno iba a agacharse y cebar cucarachas si con una rociada de un insecticida persistente las eliminabas durante meses? Eso sí, a cargo de nuestra salud. Pero fue gracias a la creciente limitación de sustancias activas insecticidas y a la creciente quimiofobia que volvió el uso de formulados más respetuosos con el medio ambiente. Los cebos se empezaron a generalizar a principios de la década de 1990, pero esta vez lo hacían como cebo en placa para facilitar la aplicación por parte de los usuarios. Creo que uno de los primeros cebos en placa fue Raid Controller de Johnson [2].
Buscando el origen de este formulado insecticida más allá de nuestras fronteras, encuentro en EUA los Ant Buttons de Harris Products Co de Miami Beach (Florida). Parece que empezaron a comercializarse hacia 1931. En aquella época se comercializaban cebos en pasta contra ratas a base a fosfuro de zinc o de arsénico que, al ser un alimento, acabaron publicitándose también para el control de cucarachas. Por otra parte, también había algún cebo en base azúcar para control de hormigas.
En el caso de los Ant Buttons, sus creadores tuvieron la idea de vender el cebo casi listo para su uso en tapones de botella (figura 2). Una presentación muy interesante y original que reutilizaba un objeto creado para otro uso. Si tenemos en cuenta la época y las dificultades para envasar productos, que no son las de hoy en día, se comprende que el cebo se vendiera casi listo para su uso. Según las instrucciones (directions) que se pueden leer en la imagen número 3, había que humedecer con unas gotas de agua al día el cebo para que tuviera la consistencia líquida. Y es por ello que sus creadores servían el producto en tapones de botellas. Las instrucciones también pedían que había que remover el cebo con una cerilla (match stick) y mantenerlo húmedo en forma de pasta sin dejar que se secara.
Como se puede leer en la etiqueta (figura 1) este producto estaba bajo patente, la cual he estado buscando, pero por el momento no la he encontrado. Como materia activa llevaba arsenito sódico al 14%. Esto significa que había que manejar con cuidado los tapones y dejarlos fuera del alcance de los niños y mascotas.
Un aspecto interesante sería saber si un tratamiento con los Ant Buttons resultaría efectivo. En primer lugar porque tan solo funcionaría con las hormigas que sintieran atracción por los hidratos de carbono. Y en segundo lugar, porque el hecho de tener que añadir gotas de agua lo convertían en un producto poco preciso. Sin embargo, en la etiqueta se decía que destruía colonias enteras de hormigas. A saber. Por supuesto que un formulado de este tipo que llevara arsenito sódico también serviría contra cucarachas y también contra todo lo que se atreviera a ingerirlo. Y es por ello que en la etiqueta se podía leer: «Sure Death to Ants, Roaches, Flies, Wasps, Waterbugs, Many Insects, Mice.» En definitiva, se trataba de un multiusos. No sabría decir hasta qué año fueron comercializados los Ant Buttons. Es posible que hasta principios de la década de 1970.
Notas:
[1] Catalogue of Pesticide Formulation types and International Coding Systems. Global Crop Protection Federation (GCPF).
[2] C. Pradera. 23-11-2015 Cebos en placa. El desinsectador y desratizador.