
Fig 1. Anuncio publicado en la página web de ADEPAP./ http://www.adepap.com
Hace semanas que tenía en mente escribir una entrada sobre la prórroga de los carnés de aplicador de tratamientos DDD. Quería escribir unas palabras críticas al respecto, porque es digno de analizar todo lo acaecido, fiel reflejo de lo que somos. Pero no encontraba el detonante. Y hace cosa de unos días, me encuentro con un hecho que da qué pensar sobre dónde se encuentra el sector de control de plagas. Y es que en la página web de la asociación catalana de control de plagas (ADEPAP) [1] ha sido anunciada una nueva edición del curso de aplicador de tratamientos DDD de nivel básico. En la imagen número 1 se puede ver la captura de pantalla del anuncio, el cual fue publicado el lunes 3 de octubre.
Como bien sabemos quienes estamos en el sector de control de plagas, en 2010 se publicó el Real Decreto 830/2010 [2]. Es la norma más importante publicada en años, ya que estableció un modelo formativo para acceder a la profesión [3]. El objetivo era loable y necesario: la mayor profesionalización del sector. Artículo primero: «el objeto de la presente disposición es la protección de la salud mediante el establecimiento de criterios que permitan garantizar unos niveles mínimos de capacitación a las personas que desarrollen actividades laborales relacionadas con la aplicación de productos biocidas.»
Para cumplir con este objetivo, se estableció en la Disposición transitoria primera (Validez de los carnés actuales) un período de 6 años. Durante este período se prorrogaba la validez de los carnés de aplicador de tratamientos DDD. Se pretendía que al final del período, los trabajadores del sector tuvieran una acreditación profesional correspondiente a las nuevas cualificaciones profesionales. Y como hemos comprobado, la Administración ha sido incapaz de cumplir con los propios plazos por ella establecidos. En Cataluña, por ejemplo, pronto se ofertaron plazas para el proceso de reconocimiento de competencias profesionales. Y a pesar de unas cuantas ediciones del proceso acreditación, parece que no se llegó a acreditar a más que a la mitad de la masa laboral del sector. Y frente al caso de Cataluña, está otro opuesto como es el de Asturias, comunidad autónoma que convocó su primer procedimiento de acreditación justo al finalizar el sexenio. En resumen, esfuerzos dispares e insuficientes. Era previsible que no se cumpliera el plazo, porque nuestra Administración está bastante acostumbrada al papel mojado. Es decir, a dictar lo que no puede cumplir.
Pero siempre hay una puerta trasera. Y en el tercer párrafo de la Disposición transitoria primera, se otorgaron dos medidas de carácter excepcional a las comunidades autónomas. Una era la prórroga «por un periodo de tiempo determinado de los actuales carnés más allá de la finalización del periodo transitorio.» Otra era la autorización de «nuevas ediciones de cursos.» En consecuencia, a partir del mes de mayo de este año se han ido publicando diferentes resoluciones de algunas comunidades autónomas. En todas ellas, se ha dictado la vigencia de los carnés profesionales durante cuatro años. La primera en aparecer creo que fue la de Ceuta, con fecha de 24 de mayo (BOCCE núm. 5576). Y la segunda, creo que fue la resolución de la Comunidad de Madrid, con fecha de 26 de mayo (BOCM núm. 139).
Ahora bien, la resolución dictada por la comunidad de Navarra, con fecha de 15 de julio (BON núm. 137), es la única que para mí ha hecho bien las cosas. Además de prorrogar durante 4 años la validez de los carnés, ha establecido lo siguiente: «no se autorizarán nuevas ediciones de cursos homologados anteriormente para el personal que desarrolla actividades de aplicación de plaguicidas de uso ambiental y en la industria alimentaria, ni se expedirán carnés acreditativos de la capacitación correspondiente a los niveles básico y cualificado definidos en el artículo segundo de la Orden 8 de marzo de 1994.»
Desde hace tiempo, vengo considerando que nuevas ediciones del curso del carné de aplicador de tratamientos DDD va contra toda profesionalización del sector. Y más si cabe, si se realizan cuando expiró la prórroga de seis años establecida por el Real Decreto. No tiene sentido que se estén ofertando estos cursos en paralelo a los ofrecidos para la obtención de la cualifiación profesional de ‘Servicio para el control de plagas.’ En el mercado laboral vamos a tener técnicos aplicadores con las mismas funciones, pero con dos niveles de formación dispares. Y por otra parte, las personas que obtengan el carné básico ahora, ¿podrán optar al proceso de acreditación? Si es afirmativo, no se consigue más que sobrecargar a la Administración. Y además se alarga el problema que en seis años no se ha sabido resolver la propia Administración.
Añado que, en una jornada técnica organizada por ADEPAP, una representante del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya dijo que se prorrogarían los carnés, pero que no se iban a permitir nuevas ediciones de cursos para el carné de aplicador de tratamientos DDD. O por lo menos esto es lo que yo creí oír el día 6 de noviembre de 2015. Este hecho, está muy lejos de la voluntad que ha venido ejerciendo la administración catalana en lo que respecta a la profesionalización del sector. Me consta que se han hecho muchos esfuerzos en ello. Claro que también fue algo dado desde que, a principios de la década de 1990, empezaron a florar casos de intoxicación por aplicación de plaguicidas en lugares de trabajo. Sinceramente, no entiendo la posición del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.
Por otra parte, tampoco entiendo la posición de ADEPAP. Puedo entender el interés de algunas empresas concretas en que se realice el curso de aplicador de tratamientos DDD de nivel básico. Pero también entiendo que la empresa que busque esto se encuentra bastante lejos de lo que significa la profesionalización del sector. En definitiva, se trata de un tipo de empresa que compite a precio sin ofrecer calidad, que no invierte en la formación de su personal o que contrata personal para pasar la temporada tan solo durante el pico de producción. Para este tipo de empresas, el antiguo sistema de cursos homologados ya le está bien. Pero este tipo de empresas no ayudan a construir el futuro.
En resumen, me parece que así no subimos el nivel del sector de control de plagas.
Notas:
[2] Real Decreto 830/2010, de 25 de junio, por el que se establece la normativa reguladora de la capacitación para realizar tratamientos con biocidas. Boletín Oficial del Estado (BOE) núm 170, de 14 de julio de 2010, páginas 61877 a 61889 (13 págs).
[3] Un modelo discutible del que valdría la pena hablar.
Lo que yo entendí en la jornada que comentas de ADEPAP, es que la administración autorizará cursos mientras haya tiempo para cumplir con la experiencia que requiere la acreditación, lo cual, dejando de lado opiniones personales que, al menos en mi caso, se parecen bastante a las tuyas, parece coherente
Un saludo y felicidades por el blog
Gracias por la aclaración. A mí me pareció entender que la Generalitat de Catalunya obraría tal y como lo ha hecho la Diputación Foral de Navarra.
Ha expuesto claramente lo que yo venía pensando desde algún tiempo. Esto es un desbarajuste creado por los que no conocen, parece ser, los problemas del sector y sus «profesionales».
Saludos.
Martín
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estoy bastante de acuerdo. tambien anecpla hace el mismo juego. le hace la rosca a empresitas que revientan precios por cobrar de cursos y petar el mercado de mano de obra mal calificada. asi mantienen los sueldos de tercermundismo. luego dicen que luchan por el sector pero lo que quieren son asociados y cash.