
Fig 1. Portada de ‘La carcoma de la madera y métodos para combatirla’ de Joaquín Martín Diéguez (1960)./ C. Pradera 11-2015
C. Pradera, Barcelona, 16-11-2015
Al ver este libro a la venta, no pude detener el impulso de comprarlo. En primer lugar, porque trata de una temática que me interesa y tiene una perspectiva histórica. En segundo lugar, porque fue escrito por Joaquín Martín Diéguez, un experto e impulsor de la protección de la madera en España.
LA OBRA
‘La carcoma de la madera y métodos para combatirla’ fue publicada en 1960 por la Dirección General de Montes, Caza y Pesca Fluvial, dependiente del Ministerio de Agricultura. Consta de 58 páginas divididas en dos partes. En la primera, se describen los anóbidos (Anobiidae) que afectan a la conservación de la madera y, en la segunda, los métodos empleados en la época para neutralizarla. Se describen 7 carcomas que son las comunes en la Península Ibérica: Oligomerus ptilinoides, Anobium punctatum, Xestobium rufovillosum, Ptilinus pectinicornis, Ernobius mollis, Nicobium casteneum y Stegobium paniceum. Curioso es que aparezca en último lugar de la lista la carcoma del pan (S. paniceum), ya que se trata de un coleóptero que ocasiona daños en los productos almacenados. El autor comenta que «accidentalmente ataca también madera de pino, libros, archivadores, etc.» Lo cierto es que no me he encontrado hasta el momento una madera atacada por este anóbido. Pero a partir de ahora, estaré al más receptivo por si se tercia la ocasión de verlo.
En la segunda parte, se describen los métodos de combatir a la carcoma que se dividen en tratamientos químicos y físicos. Respecto a los tratamientos químicos. Por un lado están los tratamientos mediante el uso de fumigantes como el bromuro de metilo, el ácido cianhídrico y el tetracloruro de carbono, los cuales se aplican por fumigación en interiores, fumigación bajo lonas impermeables y fumigación bajo vacío. Y por otro lado se describen los insecticidas líquidos y los productos disponibles, los cuales se aplican mediante tratamiento por inyección a presión (en autoclave, por medio de jeringas o pulverizadores con boquillas especiales a través de los agujeros) y tratamiento superficial (pulverización, pincelado). Los compuestos inorgánicos disponibles eran: sales metálicas hidrosolubles a base de bicloruro de mercurio, sulfato de cobre, fluoruro de sodio, cloruro de cinc, sales arsenicales. Los compuestos orgánicos eran fenoles clorados (pentaclorofenol y pentaclorofenato sódico), compuestos clorados aromáticos (DDT, ortodiclorobenceno y paradiclorobenceno), compuestos clorados carbocíclicos (lindano, dieldrín, endrín). Respecto a los tratamientos físicos, se mencionan por insuflación de aire caliente y por calentamiento por corriente de alta frecuencia.
Un aspecto interesante del libro es que no solo se centra en los tratamientos profesionales, sino que también se fija en los domésticos y da directrices para realizar uno con éxito. También es interesante que al final aparece una relación de los productos de uso doméstico más conocidos que entonces había en el mercado y su composición de materias activas. Es interesante hacerse una idea de lo que se utilizaba entonces. Había: Bosán (pentaclorofenol, DDT y lindano); Carcomín (ortodicloro-tricoloro-paradiclorobenceno y DDT); Lindsor (pentaclorofenol); Neoform (derivados organometálicos); Poimasol (pentaclorofenol, DDT y paradiclorobenceno); Xylamón (naftalenos clorados); Xylophene (pentaclorofenol y HCH), ZZ Carcoma (pentaclorofenol y ortodiclorobenceno).
De algunos de estos productos ya he escrito en anteriores entradas, como es el caso de Xylamon [1] y de la gama de productos de productos de Industrias Sotileza: Poimasol y Poimate [2]. De hecho, Poimasol tenía una composición terrible. Y también Bosán y Carcomín. No quiero imaginarme las consecuencias para la salud de realizar un tratamiento en la estructura de una casa con estos productos. Una cosa es aplicarlo sobre un mueble y otro en vigas, marcos de puertas y ventanas, suelos, etc.
EL AUTOR
En el mundo de la conservación de la madera es conocida la figura de Joaquín Martín Diéguez, quien se formó de inicio como Ingeniero Técnico de Montes. Empezó su carrera en el Servicio de Plagas Forestales del Ministerio de Agricultura. Después pasó al Servicio Forestal de la Diputación de Barcelona. En la década de 1960 entra en la órbita de Zeltia Agraria SA para el desarrollo de protectores de la madera. En 1968 Bayer y Solvay unen sus divisiones de protectores de la madera para formar Desowag Bayer GmbH y sus productos se empiezan a comercializar en España a través de Zeltia Agraria. En 1975 se crea Xylazel SA, con capital social compartido entre Desowag y Zeltia, y Martín Diéguez pasa a ocupar el puesto de Director General.
A principios de la década de 1980 promueve la creación de la conocida empresa Protección de Maderas SA (PROMAXSA), dedicada al tratamiento curativo de la madera. Fue pionera en las técnicas de consolidación de estructuras de madera y en su haber tiene un gran número de tratamientos para la conservación del Patrimonio Nacional. Culmina su carrera con la fundación de la empresa 3ABC Lasures SL, a principios de la década de 1990, con la idea de producir protectores de la madera respetuosos con el medio ambiente. En 1994 elaboró los primeros lasures en base acuosa para la protección superficial y decorativa de la madera, que fueron comercializados bajo el nombre Cedria. Todo llega a su fin, y esta destacada figura nos dejó el 22 de diciembre de 2004, a los 78 años de edad [3].
Martín Diéguez tuvo una importante labor como divulgador, baste aquí un ejemplo de algunos de los libros que publicó además del presente: Conservación de maderas. Aspecto general y práctico de la protección de la maderas de construcción contra pudriciones e insectos (1964); Guía forestal (1968); El bosque en el Silvetum del Montseny (1971); Tratamiento y conservación de la madera (1975).
Referencia bibliográfica:
– J. Martín Diéguez. 1960. La carcoma de la madera y métodos para combatirla. Anóbidos dañinos en muebles y construcciones. Servicio de Plagas Forestales, Ministerio de Agricultura, Madrid. 57 pp. 24,5 x 17 cm. Depósito legal M 5.442-1960.
Notas:
[1] C. Pradera. 26-01-2014. Sobre el pentaclorofenol como protector de la madera. el desinsectador y desratizador.
[2] C. Pradera. 06-10-2015. Sobre Xylamon. El desinsectador y desratizador.
[3] Redación. 2005. Falleció Joaquín M. Diéguez. AITIM, No 01/02-2005, pp 69.