Estamos ya en marzo. Queda poco para el equinoccio de primavera. Según las convenciones humanas, a partir de ese momento entraremos en una nueva estación. Aunque la Naturaleza no sabe de convenciones. Y todas sus criaturas están ya preparadas para empezar la época del cortejo. Ayer estuve paseando por la orilla del río Besós. Me di cuenta de que el macho de la lavandera blanca (Motacilla alba) ya había mudado las plumas de la garganta. Hacia el otoño, las plumas que están bajo el pico son de color blanco. Ahora ya son negras. Ganas tengo de ver llegar a las golondrinas y aviones. En las fotografías, se puede ver a un macho de lavandera que estaba en una piedra del río cazando insectos voladores. Alzaba el vuelo, hacía una pequeña pirueta y volvía sobre la piedra. Estaba distraída y me permitió hacerle unas fotos.