C. Pradera, Barcelona, 22-02-2014
Ayer estuve en un sótano de una farmacia realizando una inspección. Se quejaban de que había muchas moscas pequeñas. Al bajar al sótano, vi en seguida que el problema era de moscas del urinario (Psychoda y Clogmia albipunctata). En el suelo había varios registros del albañal. Observé que las tapas no ajustaban bien y que por allí debían escapar las moscas. Levanté la tapa de uno y me encontré que en el fondo se acumulaba un poco de agua encharcada con detritos (figura 1). Al iluminar con la linterna se veían diminutos reflejos provocados por los cientos de larvas de mosca del urinario que estaban en movimiento. Cerré la tapa y fui al fondo del almacén donde se acumulaban más moscas.
Entonces encontré algo que no esperaba, mosquitos. Me acerqué a uno y vi que se trataba de un macho de mosquito común (Culex pipiens) (figura 2). Esto indicaba que cerca debía haber agua estancada con larvas. Los mosquitos macho suelen estar cerca del lugar donde se completaron su ciclo acuático a la espera de las hembras que emerjan. Al mirar al suelo vi una tapa grande de hierro que costó un poco levantar (figura 4). Encontré debajo con una gran fosa séptica. Dentro había una buena cantidad de agua (figura 5). Un lugar ideal para que se desarrollen las larvas de mosquito común.
Pregunté por qué había esta fosa séptica. Me dijeron que antes había en el sótano un lavabo que había sido eliminado en una reforma reciente. Esa fosa necesitaba ya la aplicación de larvicida. Hay que decir que la lucha contra el mosquito común es harto difícil precisamente por su capacidad de adaptación a todo tipo de lugares. Tanto se puede desarrollar en la alcantarilla, como en un estanque, un cubo de agua o en un charco junto al mar. Parece tener poco problema con la calidad de las aguas y se desarrolla tanto en unas aguas limpias como en sucias. Es una especie que se encuentra a gusto en las ciudades. Cosa lógica porque allí tiene la sangre necesaria para ayudar al desarrollo de la puesta de huevos ya sea de aves, porque es una especie ornitofílica, como de mamíferos.
Otro aspecto importante del mosquito común es su capacidad de colonizar nuevos espacios. Y esto se ve facilitado porque las hembras pueden desarrollar la primera puesta de huevos sin necesidad de ingestión de sangre. Esta característica recibe el nombre científico de autogenia que se define así:
«La autogenia es la capacidad de oviponer sin haber ingerido sangre utilizando las reservas del estado larval o fuentes alimenticias distintas a la sangre (ej. néctar, exudados de frutos, etc.) para desarrollar los huevos. Es importante desde el punto de vista epidemiológico, ya que las hembras aceleran la oviposición y, por tanto, incrementan la tasa intrínseca de crecimiento poblacional» [1].
En resumen, que el mosquito común seguirá con nosotros por los siglos de los siglos. Su control no es fácil. Y su aparición esporádica en viviendas es de difícil solución. A veces, aparece en lavabos de viviendas situadas varios pisos por encima del nivel de calle. El mosquito común puede volar desde los sótanos hasta las viviendas a través de patinejos y conductos de ventilación.
Notas:
[1] Claudio A. Sosa, Walter R. Almirón & Mireya Manfrini de Brewer. 1994. Hematofagia y autogenia en el Complejo Culex pipiens (Diptera, Culicidae) de Córdoba. Ecología Austral (Asociación Argentina de Ecología), No 4, pp 111-116.