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Paseando cerca de la orilla del río Besós al atardecer, encontré unas babosas largas que salían de la maleza para adentrarse en la hierba. Me paré para observarlas y hacer unas fotos. El cuerpo es de un color bastante homogéneo, marrón con tonos rojos. La cabeza es oscura y la suela tiene una larga banda roja lateral. Lo que más me gustó es la forma de la cola, que parece compuesta de celdillas. En el extremo de esta, tiene una concha rudimentaria, a la que se le van pegando tierra formando una pelotita. En las fotografías que acompañan este posteo, se puede apreciar bien la forma y color. Algunas de las fotografías las hice con flash, lo cual hizo que variara el color a unos tonos más rojizos. Aunque es una de las babosas terrestres más comunes en la zona donde vivo, me ha sido imposible concretar la especie. Bajo esta forma y color, en la Península Ibérica, tenemos dos posibles especies: Arion ater y Arion vulgaris [1]. Además, la primera especie cuenta con dos subespecies: A. ater ater y A. ater rufus. Según los trabajos que he consultado, para diferenciar estas especies es necesario recurrir a la genitalia. José Castillejo, refiriéndose al género Arion, escribe en uno de sus trabajos [2]:
«Este es el género de babosas ibéricas de taxonomía más complicada. Debido a la gran variabilidad de los caracteres externos (y aun internos) existente en el seno de ciertas especies, y a que la diferencia entre algunas de éstas son mínimas, la identificación no suele ser posible si no se realiza la disección de individuos sexualmente maduros.» (Página 55)
El asunto es que estas babosas pueden tener una gran variabilidad de color y no se pueden diferenciar por sus caracteres externos. Si vemos un ejemplar blanco o negro, seguramente estemos ante Arion ater. Pero si tenemos un ejemplar anaranjado como el de las fotografías, no sabremos a qué especie pertenece si no realizamos una disección de la genitalia. Esto lo remarco, porque la mayor parte de la información que podemos encontrar en internet no es muy fiable. Incluso no me fiaría ni de las fotografías que aparecen en la wikipedia, ya que dudo que sus autores hayan diseccionado los ejemplares.
A falta de nombre común en castellano, le he puesto el nombre de babosa española, ya que es como se conoce en el extranjero a Arion vulgaris (Spanish slug). En los países del norte de Europa, esta babosa se ha convertido en una plaga de huertos y jardines. Parece ser que hace 30 años, se exportó tierra desde España para cultivos en la que había huevos de esta babosa [3]. Poco a poco ha ido conquistando Europa. Esta babosa es de gran tamaño (entre 10 y 15 centímetros) y de gran voracidad. No solo arrasa con los vegetales, sino que come insectos, lombrices y otras babosas. Es pues, omnívora. Según los mapas de distribución de estas dos especies, en la Península Ibérica la encontramos en las zonas más húmedas. Está presente en Portugal, cornisa cantábrica y noreste peninsular [4]. En el área de Barcelona donde vivo, se la puede encontrar en las zonas con mayor humedad como huertos, márgenes de ríos y acequias, y parques. Este hecho ha favorecido que A. vulgaris se extendiera fácilmente por el resto de Europa.
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[1] También recibe el nombre de Arion lusitanicus.
[2] José Castillejo: Guía de las babosas ibéricas, Real Academia de las Ciencias Galegas, Santiago de Compostela, 1998, ISBN: 84-600-9469-3.
[3] La insaciable babosa española devora campos y jardines de toda Europa (EcoDiario, El Economista, 25-07-2009).
[4] José Castillejo: Babosas de la Península Ibérica. I. Los ariónidos. Catálogo crítico y mapas de distribución. (Gastropoda, Pulmonata. Arionidae), Iberus 9 (1-2), páginas 331-345, 1990.