
Fig 1. Detalle de un anuncio de 1958 publicado en La Vanguardia. Se compara la acción de la carcoma con la de un obrero de la construcción armado de un martillo neumático.
C. Pradera, Barcelona, 06-07-2013
Carcomín es un producto insecticida que está disponible en el mercado español desde el año 1950. O quizás un poco antes. De este año es el anuncio publicitario más antiguo que he encontrado (figura 4) Fue publicado en el periódico La Vanguardia de Barcelona. No sé si anteriormente alguna otra casa comercial había comercializado algún producto doméstico parecido contra la carcoma. Pero sin duda, Carcomín de la casa Cruz Verde SA empezó fuerte y se ha mantenido hasta hoy, creo yo, como líder del sector doméstico de insecticidas contra la carcoma. Por supuesto, dista mucho la eficacia del formulado de antaño con el actual, ya que ha habido una evolución en las materias activas insecticidas disponibles.
He estado buscando anuncios antiguos de Carcomín. Los que he encontrado eran de la década de 1950 y de principios de la siguiente. Entiendo que, una vez Cruz Verde hizo conocido el producto y lo puso en primera línea, dejó de hacer publicidad. Leyendo los anuncios publicados en prensa, me causa extrañeza el hecho de que en ninguna parte aparezca el nombre del compuesto insecticida de Carcomín. Tan solo pone que no lleva DDT. Esto me parece extraño porque en esa época era habitual que los anuncios hicieran gala de las materias activas insecticidas. Al hacerlo mostraban la efectividad mortífera de la que eran capaces. Espero, en un futuro, encontrar un envase antiguo de Carcomín para ver si en la etiqueta aparece la composición. Pero todo me hace pensar que quizás llevara lindano, un compuesto organoclorado que se utilizó mucho para productos protectores de la madera por su efectividad [1].
Como se puede ver en los anuncios antiguos, Carcomín se vendía en frascos para aplicar con el clásico pulverizador de émbolo [2]. Esta manera de aplicarlo evolucionó. Hoy en día se vende en envases de gas a presión. Carcomín en bote para espray apareció en 1962, justo cuando se empezó a popularizar este método de aplicación. Fue un gran paso en la aplicación de insecticidas que era más cómoda y se impuso al pulverizador de émbolo. Se evitaba el peligro de almacenar un frasco con insecticida y de manipulación. También permitía una gota más fina.

Fig 3. Envase de Carcomín de finales de la década de 1990, junto a otro producto mítico de Cruz Verde./ C. Pradera 2013
Según los anuncios de la década de 1950, Carcomín se tenía que pulverizar sobre las superficies de los muebles a tratar y sobre el ambiente. En la imagen número 5, se puede ver un detalle de un anuncio de 1958. Se explica que no es necesario introducirlo por los agujeros, ya que estos son de salida del insecto que ya ha hecho el daño. En los anuncios se dice que después de aplicarlo, se mantenga cerrada la zona tratada durante unas horas. El producto actuaba por impregnación, penetrando los vapores en la madera. Una aplicación de este tipo, debía de dejar una atmósfera muy densa como para quedarse en la zona tratada leyendo el periódico. Y más si la materia activa era un compuesto organoclorado que era bioacumulativo y persistente. Pero esto se desconocía en la época.
Como he comentado, la aplicación se haría con el clásico pulverizador de émbolo. La manera de aplicar Carcomín tal y como vemos en los anuncios de la década de 1950 dista mucho de la que ahora podemos leer en el bote de espray. Hoy en día, este producto recibe el nombre de Carcomín Plus. Según la etiqueta se recomiendan dos tratamientos. El curativo y el preventivo. El primero consiste en inyectar el producto por medio de una cánula a través de los agujeros. El segundo consiste en pulverizarlo sobre las superficies. Hasta finales de la década de 1990, también estaba disponible Carcomín Líquido, que se vendía en frascos para tratamientos de grandes superficies. No sé en qué año desapareció la posibilidad de adquirir el producto en frascos.
Carcomín es para mí una marca familiar. Recuerdo de pequeño dedicarme a aplicar este producto con una cánula a través de los orificios aparecidos en los muebles. En casa de mis padres, había unas sillas grandes y centenarias en las que la carcoma había campado a sus anchas. Se trataba de algún anóbido, posiblemene Oligomerus ptilinoides, carcoma habitual en muebles que no sean de madera de pino. Como yo tenía paciencia y curiosidad, mis padres me dieron un bote de Carcomín y me pusieron a aplicarlo. Pacientemente fui metiendo la cánula por cada uno de los agujeros. Las sillas estaban tan apolilladas que al meter producto por un agujero, salía por otros cuatro. El olor era penetrante e intenté tener cuidado. No era consciente de lo que hacía ni de lo que aplicaba. Esto debía ser a principios de la década de 1980.
El bote que usé era parecido al de la imagen número 2, el cual tiene registro de la DGSP con el número 94-30-00977R. En su composición contiene dos insecticidas: diclorvós al 0’5% y fenvalerato al 0’1%. En la imagen número 3, se puede ver un envase de Carcomín de unos años más tarde. El número de la DGSP es 99-30-00977 y contiene d-tetrametrina (0’10%) y deltametrina (0’04%). Esta formulación dista mucho de la anterior. No sé en qué año el diclorvós entró en la fórmula de Carcomín, pero debió de ser en la década de 1970. Para acabar, anotaré que Carcomin Plus según el registro de biocidas del Ministerio de Sanidad está en renovación. El número de registro es 07-80-04874 y contiene permetrina al 0’25%.
Creo que un tratamiento hoy en día con este producto puede resultar ineficaz si no se aplica bien. Antiguamente, al utilizarse compuestos persistentes, si no se trataba bien, el producto permanecía sobre las superficies actuando a medio plazo. Lo común es que se aplique el producto con una cánula por los agujeros de salida. Si hay mucha carcoma se puede conseguir una buena impregnación. Ahora bien, si se realiza una aplicación superficial, esta no tendrá éxito a menos que se proceda a retirar el barniz y luego se abran los poros con un lijado fino.
Notas:
[1] C. Pradera. 17-01-2013. Sobre el hexaclorociclohexano (HCH) y su isómero gamma (lindano). El desinsectador y desratizador.
[2] C. Pradera. 28-01-2013. Insecticida Flit. El desinsectador y desratizador.