Vídeo 1. Hembra de Hyalomma lusitanicum en acera./ 17-07-2024

Carlos Pradera, Barcelona, 18-07-2024

Ayer jueves a las 16 horas fui a ver una gran acumulación de garrapatas Hyalomma lusitanicum a pocos kilómetros de donde vivo. Estaban en un solar sin edificar de una zona industrial donde el conejo (Oryctolagus cuniculus) campaba a gusto (figura 1) [1] . Había garrapatas en las plantas cerca de la acera. Alguna salía y merodeaba atraída por el dióxido de carbono (CO2) que yo desprendía. Vigilaba el suelo y me mantenía alejado. Si se acercaba alguna, la agarraba y la metía en un tubo con alcohol.

En un momento, una garrapata se acercó hacia mí y me pregunté si me seguiría. Lo normal cuando te persigue una Hyalomma lusitanicum es que si te alejas un poco se paran porque te pierden el rastro. Esto podría ser debido a que no notan el CO2, pero no creo que sea esta la explicación. Las garrapatas cuando pierden el rastro de la presa, se paran y alzan las patas delanteras. Si encuentran una piedrecita o ramita, suelen subirse uno o dos centímetros. Esto lo hacen porque en el extremo de las patas delanteras tienen los órganos sensoriales que vienen a ser lo que las antenas a los insectos. Si detectan trazas de CO2, se lanzan de nuevo a la carrera. Si estás cerca, son implacables. Les va el sustento y la vida.

Fig 1. Solar en una zona industrial./ C. Pradera 07-2024

Ahora bien, si el par de patas delanteras las utilizan mientras corren, esto significa que no están por percibir el CO2. Deduzco por tanto, que te ven y se dirigen hacia ti. Hay que tener en cuenta que Hyalomma posee ojos. Otras especies de garrapatas como las del género Ixodes no tienen ojos. Pero tampoco los necesitan porque se encaraman a una rama a la espera de un hospedador guiadas por el CO2. También son sensibles a los cambios de temperatura y las vibraciones. En consecuencia con lo especulado, cuando vi que una garrapata se me acercó, me fui alejando y la mantuve a una distancia de unos 20 cm. Lo que hice fue virar a izquierda y derecha o en círculo. Pude ver que corregía su trayectoria sobre la mía con rapidez. Estaba claro que me veía con su visión primaria, pero me distinguía del fondo.

Entonces me planteé hacer un vídeo para dar cuenta. Lo hice con una garrapata hembra que salió disparada hacia mí desde las plantas. Esto es lo que muestro en el vídeo. Sin embargo, a medida que jugaba con ella, me planteé ver cuánto tiempo me perseguía. Pues bien, la persecución por la acera duró más de 4 minutos como se puede ver. Para ser exactos, en el vídeo quedan registrados 4 minutos con 18 segundos hasta que la hembra de garrapata se cansó en su persecución. Habría que añadir algún tiempo más anterior al inicio de la grabación. De hecho, en el minuto 3:32 se para unos segundos y luego reemprende la marcha para resbalar y pararse. Se nota que está cansada. Pero yo acerco mi dedo para motivarla a perseguirme. Luego se para y la vuelvo a motivar hasta que en el minuto 4:18 desiste.

Fig 2.

Ahora bien, teniendo en cuenta que las baldosas de la acera son de cuadradas de 20 cm de longitud, podemos saber otros datos como la velocidad de la garrapata y también aproximadamente la longitud que recorrió. Según mis cálculos hasta el segundo minuto corre a una velocidad de 0,057 m/seg (0,2 km/h). Entre el minuto 2 y 3, disminuye la velocidad a 0.04 m/seg (0,144 km/h). A partir del minuto 3 va a 0,036 m/seg (0.129 km/h). Luego disminuye, se tropieza, para, etc. Lo normal en un pequeño animal exhausto y que no llega a su objetivo.

Teniendo en cuenta las velocidades indicadas, puedo calcular aproximadamente cuántos metros ha recorrido hasta la primera parada el minuto 3:32. Y me salen 10,39 metros, a lo cual habría que añadir 1,5 metros aproximadamente de antes y después. Analizar lo que ha corrido esta hembra me parece extraordinario. Si además mido el ejemplar que me persiguió, podemos saber cuántas veces recorre por segundo su cuerpo. En la figura número 2, se puede ver que mide 5 mm aproximadamente de longitud. En el momento de máxima velocidad recorría 0,057 m/seg. Por tanto, corría a 11,5 veces su cuerpo.

Según los datos meteorológicos, en la zona teníamos unos 33ºC de temperatura a las 16 horas. Me baso en la temperatura del vehículo. Es importante este factor porque se trata de un artrópodo y cuanta más temperatura, mayor actividad. Y para finalizar, apuntar que debe ser la garrapata más veloz que tenemos en la península Ibérica. Ni Hyalomma marginatum ni Dermacentor marginatus creo que se le pueden comparar. Es por ello que Hyalomma lusitanicum cuanta con una extraordinaria ventaja que la hace más peligrosa aún si cabe. Sabemos que hace muchos metros en busca del punto del camino idóneo a la espera de un hospeador.

Notas:

[1] C. Pradera. 19-02-2023. Sobre la problemática de Hyalomma lusitanicum (Acari, Ixodidae) en zonas periurbanas de Barcelona. El desinsectador y desratizador.