C. Pradera, Barcelona, 20-09-2020
La semana pasada tuve la oportunidad de visitar Teruel. Es una provincia que conjuga aspectos que me resultan atractivos. Es tierra de secano, se encuentra a altitud elevada y posee una orografía de gran belleza. También me resulta interesante porque es una zona despoblada, pero que tiene pequeños y encantadores pueblos. Respecto a la orografía, pude disfrutar del Parque Geológico de Aliaga que parece ser que fue el primer geoparque constituido en España. Pues bien, visitando Aliaga recorrí una carretera que me llevó hasta Miravete de la Sierra, un hermoso pueblo que se encuentra sobre los 1.200 m del cual desconocía su existencia (figura 1).
A pesar de la altitud en la que se encuentra, la zona es seca. Las montañas que rodean al pueblo están casi peladas de árboles. Sin embargo, el pueblo está junto al cauce del río Guadalope donde se concentra la humedad y crece una masa frondosa de vegetación a sus flancos (figura 2). Paseé junto al río donde encontré rata de agua (Arvicola sapidus). Y tuve la suerte de que un ejemplar se dejó fotografiar. No sin antes esperar a que saliera de su madriguera, ya que al vernos corrió a esconderse. Pude observar lo bien que bucea este cricétido de vida semiacuática.
A pesar del nombre, si se observa bien no tiene aspecto de rata (Muridae), sino más bien de topillo (Cricetidae). Tiene cola corta, orejas pequeñas y morro chato. En las imágenes 3 a 14 se puede ver el ejemplar que se dejó fotografiar. Y en las imágenes 15 a 20 se pueden ver entradas de madrigueras que encontré en la orilla. El diámetro de la boca es de unos 10 cm (figura 20). La madriguera puede tener varias entradas y parece que como mínimo una ha de ser sumergida. Pude observar como la rata de agua que fotografié se sumergía con destreza para desaparecer bajo la orilla. Ahora bien, también observé galerías que comunicaban la parte baja de la orilla con la alta. Creo que podrían ser pasillos que excavan para moverse por la orilla a escondidas de los depredadores. También vi excrementos de rata de agua (figuras 21 a 24). Tienen forma de cápsula bien definida y son de color verde cuando son frescos, ya que su alimentación es fundamentalmente herbívora, aunque puede alimentarse ocasionalmente de insectos. Tiene actividad principalmente diurna [1].
La rata de agua tiene un hábitat concreto. En primer lugar, se desarrolla en cursos o acumulaciones de agua permanentes. Y en segundo lugar, necesita que estos cursos dispongan de una orilla de tierra poco compacta donde construir su madriguera y de abundante vegetación herbácea de la cual se alimenta [1]. Como se puede observar, el río Guadalope a su paso por Miravete de la Sierra cumple con los requerimientos. Y en los aproximadamente 200 metros río arriba en los que pude observar, las orillas estaban llenas de agujeros hechos por la rata de agua.
Este roedor se encuentra distribuido por toda la Península Ibérica y por Francia a excepción de la zona septentrional. Ahora bien, parece que se encuentra en retroceso. Entre los principales problemas se encuentran la pérdida de hábitats y su calidad. La acción del hombre sobre los ríos los ha degradado al encauzarlos, limpiar márgenes, dragarlos, etc. También debido a la actividad económica de la ganadería o a la contaminación. Por otra parte, está la introducción en Europa del visón americano (Neovison vison) que constituye uno de sus principales depredares [2].
La rata de agua es un animal simpático e inofensivo. Tradicionalmente se le daba caza en los pueblos. Aunque ahora por suerte carece de interés culinario. Este roedor es de tamaño grande entre los micromamíferos. Según el manual de Joaquim Gosàlbez, los adultos tienen una longitud de cabeza y cuerpo de 18’2 a 21’9 cm. Y un peso que va de 155 a 300 gr [1]. El pelaje es marrón oscuro en la parte dorsal y lateral. Y es más clara en la parte ventral.
Notas:
[1] Joaquim Gosàlbez i Noguera. 1987. Insectívors i rosegadors de Catalunya. Metodologia d’estudi i catàleg faunístic. Ketres Editora, Barcelona, 242 pp.
[2] Jacint Ventura & Jacinto Román. 2007. Arvicola sapidus Miller, 1908. pp 405-409. En: L. Javier Palomo, Julio Gisbert & J. Carlos Blanco (editores). 2007. Atlas y Libro Rojo de los Mamíferos Terrestres de España. Dirección General para la Biodiversidad-SECEM-SECEMU, Madrid. 588 pp.