C. Pradera, Barcelona, 09-05-2020
En los últimos meses me he entretenido con una mosca a la que no había prestado atención a pesar de su abundancia. Se trata de Tephrochlamys rufiventris, díptero perteneciente a la familia Heleomyzidae. En el mes de febrero, encontré un buen número en las láminas adhesivas de los insectocaptores de una empresa cárnica de Vic (Barcelona). Abundaban en los aparatos situados cerca de las puertas de acceso. A principios de este mes de mayo, he encontrado también abundante T. rufiventris en las láminas. En la imagen número 1 se puede ver una de las láminas. Y en las imágenes 10 y 11, se pueden ver detalles de esta lámina. Como se puede observar, esta especie es la más abundante de las moscas de tamaño medio. T. rufiventris mide unos 6 mm. Después, en menor medida, hay Fannia (Fanniidae). Y de tamaño grande, Calliphora (Calliphoridae). Una situación parecida, la he encontrado en láminas de aparatos situados en otros edificios de la zona.
Según el ‘Catálogo de los Diptera de España, Portugal y Andorra’ [1], la familia Heleomyzidae cuenta con 66 especies en la Península Ibérica. Una de ellas es T. rufiventris, la cual tiene una amplia distribución por la región paleártica. Respecto a su abundancia en la zona de Vic durante el invierno y la primavera, encuentro dos razones. En primer lugar, la larva de Heleomyzidae puede ser saprófaga, coprófaga, carroñera y micófaga. La larva de T. rufiventris es coprófaga y carroñera. Se desarrolla en materia orgánica en descomposición de origen animal principalmente. Pero también sobre hongos [2]. Se trata de una larva que se adapta a gran variedad de materiales. En segundo lugar, T. rufiventris aguanta bien el frío. Por tanto, el frío es bueno para ella porque puede aprovechar materiales que quizás en verano no podría debido a la fuerte competencia con otras especies. Y justo en la zona de Vic abundan los purines de cerdo con los que se abonan generosamente los campos de cultivo.
Buscando información sobre T. rufiventris, me he topado con el texto ‘Los dípteros y el hombre’, todo un clásico de la divulgación, de Miguel Carles-Torlrá [3]. En el apartado dedicado a los helomícidos, describe T. rufiventris como «una especie muy común en las ventanas de los bares, casas, lavabos, charcuterías, etc., se la reconoce fácilmente por el tórax gris y el abdomen naranja amarillento». Es decir, que la sitúa como la especie más abundante de su familia. Pero no solo eso, añade: «[…] en los últimos años he ido recolectando los dípteros acalípteros presentes en las ventanas de diversas viviendas (casas, tiendas, lavabos, bares, etc.). Entre las familias estudiadas se obtuvieron 29 especies pertenecientes a 13 familias. Entre estas últimas las más numerosas en cuanto al número de especies han sido los esferocéridos, milíquidos y cárnidos, mientras que las especies más abundantes fueron Desmometopa m-nigrum (milíquido), Tephrochlamys rufiventris (helomícido), Hemeromya anthracina y Meoneura prima (ambos cárnidos)». Palabras de un gran experto.
Notas:
[1] Miguel Carles-Tolrá Hjorth-Andersen (coord.). 2002. Catálogo de los Diptera de España, Portugal y Andorra (Insecta). Sociedad Entomológica Aragonesa, Zaragoza. Monografías, Vo 8. 327 pp.
[2] Lynn S. Kimsey, Robert B. Kimsey & Stephen Gaimari. 2018. Novel Biology for Tephrochlamys rufiventris (Meigen, 1830) (Diptera: Heleomyzidae). Proceedings of the Entomological Society of Washington, 120(3), pp 543-548.
[3] Miguel Carles-Tolrá Hjorth-Andersen. 1997. Los dípteros y el hombre. Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa (Zaragoza), No 20, pp 405-425.