‘Rata’, entrada de la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana de Espasa-Calpe (ca 1920)

Fig 1. Tomos de la Enciclopedia Universal Ilustrada Hispano Americana./ C. Pradera 09-2019

C. Pradera, Barcelona, 05-10-2019

1. INTRODUCCIÓN.

Encontré en una biblioteca municipal una vieja edición de la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana de la Editorial Espasa-Calpe (figura 1). Estaba apartada en la esquina de un almacén sobre una vieja estantería metálica. Tengo una atracción por las enciclopedias. De pequeño pasaba horas con la que había en casa de mis padres leyendo y viajando con la imaginación. Aproveché que tenía un momento para mirar algún término de control de plagas. Busqué desratización, pero no constaba en el tomo 18 dedicado a los vocablos que empiezan por la letra d entre dem y dir. Entonces pensé que la desratización estaría descrita en la entrada dedicada a la rata. Y así fue. Constaba en el tomo 49 dedicado a los vocablos que empiezan por la letra erre entre r y reez (figura 2).

Fig 2. Volumen 49./ C. Pradera 09-2019

La Enciclopedia Espasa-Calpe es una de las grandes obras enciclopédicas escritas en castellano. Fue el proyecto más importante de la Editorial Espasa fundada en Barcelona en 1860, la cual se fusionó en 1926 con la Editorial Calpe de Madrid. La novedad respecto a otras enciclopedias era básicamente la magnitud de su extensión. Por un lado, se querían recoger los conocimientos de la época de una manera amplia y, por otro, transmitirlos en artículos extensos ilustrados con figuras: fotografías y dibujos en blanco y negro y láminas a color. Nada así se había escrito en castellano antes. Este mastodóntico proyecto fue iniciado en 1905 y los tomos se fueron publicando entre 1908 y 1930. Fueron publicados 70 tomos (figura 1), aunque algunos fueron divididos en dos volúmenes dada la extensión de su contenido. En la redacción de esta enciclopedia invirtieron 25 años en la que participó un ejército de redactores. El origen del contenido era o bien traducción de textos extranjeros, principalmente alemanes, ya que en aquel momento el país más puntero, o bien creación propia de contenido por especialistas en la materia o por la plantilla de redactores de la editorial. Una vez concluida la obra, esta se fue actualizando a los nuevos tiempos y contenidos mediante apéndices y suplementos hasta 2013. La enciclopedia completa consta de 119 tomos (122 volúmenes) [1].

Fig 3. Volúmen 49, páginas 795 y 796./ C. Pradera 09-2019

Respecto al tomo 49 (R-REEZ) fue publicado en 1923. En la redacción de la entrada rata, según mi opinión, participaron tres redactores. Voy a justificarlo basándome en el contenido y en cómo está estructurado. La entrada va de la página 795 hasta la 201 (figuras 8-14). Se constatan tres bloques claros. El primero es el dedicado a la etimología, definición del término, y frases hechas que lo contienen. Ocupa desde la mitad de la columna 2 de la página 795 hasta el principio de la columna 1 de la página 796. Su contenido podría estar redactado por personal de la editorial ya que es de corte filológico y clásico del contenido de diccionarios. El segundo bloque ocupa hasta la mitad de la segunda columna de la página 799. Es un bloque extenso dedicado a la rata como vector de enfermedades y a su control. Es probable que fuera redactado por una persona especializada como es el caso de un médico destinado a operaciones de higiene y desinfección. Se habla de la transmisión de la peste bubónica, principal temor en la época que podía llegar por vía marítima. Y se describen los métodos para su control y, en especial, para la desratización en barcos. En aquella época los médicos de Sanidad Exterior eran los responsables de la desratización en medios de transporte que provenían del exterior. El tercer bloque ocupa hasta la mitad de la segunda columna de la página 802. Se describen las diferentes especies de rata, en especial las dos especies con implicaciones sanitarias, Rattus rattus y Rattus norvegicus, y su comportamiento. Es probable que estuviera redactado por un zoólogo. Hay que destacar que en el segundo bloque los conocimientos respecto a las especies de rata no están actualizados a la década de 1920 como sí ocurre en el tercer bloque. En el segundo bloque, se habla de tres especies de rata: Mus rattus, Mus alexandrinus y Mus decumanus. El primer y segundo nombre corresponde a Rattus rattus y, el tercero, a Rattus norvegicus. Hay que tener en cuenta respecto a Rattus rattus que, en el pasado, dependiendo del especialista, se consideraba que había dos o tres especies diferentes para lo que en la actualidad es una misma especie. Sin embargo, en el tercer bloque, se utilizan los nombres Epimys rattus y Epimys norvegicus, más acordes a la época. Y se menciona el hecho de que la primera especie tiene subespecies, las cuales, anteriormente, tenían rango de especie. Por tanto, todo apunta a tres autores. Hay que destacar que el autor del segundo bloque es español porque al final se puede ver la bibliografía utilizada y aparecen dos referencias en castellano, una de las cuales de la propia Espasa-Calpe. El hecho de que figure bibliografía ya denota que es un texto de encargo.

Para quien tenga curiosidad como la mía, transcribo el texto del segundo bloque y parte del tercero. De este, tan solo transcribo el texto que trata sobre las ratas con implicaciones sanitarias. Permite hacerse una idea de cómo se realizaban las desratizaciones a mediados de la década de 1920. La transcripción mantiene la ortografía original.

Fig 4. «Modo de disponer los piensos para evitar que entre ellos se guarezcan las ratas», pág 797, tomo 49./ Espasa-Calpe

2. TRANSCRIPCIÓN.

  «Rata. Pat. é Hig. La importancia de los múridos en la patología humana arranca de su papel en la transmisión de la peste bubónica. Conocido el hecho empíricamente por los chinos, fué reconocido científicamente por Snow y Simond en la India y Rocher en el Yun-nan. Más adelante, Yersin y Roux comprobaron experimentalmente que la peste humana era consecuencia de la múrica. No todas las especies del género Mus son capaces de transmitir la infección, mereciendo citarse como más temibles por lo frecuente el Mus decumanus, el Mus rattus, el Mus alexandrinus y el Mus musculus en nuestros climas. Cítanse otros múridos en el Indostán, como el Nesokia bandicata o el Nesokia bengalensis, al paso que en el Africa del Sur se reconoce el Arvicanthus grumilio. El Mus decumanus, que ha expulsado la antigua rata de granero, habita en los subterráneos, bodegas y cloacas, raramente en los pisos altos; es la llamada rata de alcantarilla que, importada de la América del Sur, invadió París en 1851. Frecuenta los depósitos de mercancías y es comensal obligado de las calas de los buques, lo que explica la epidemia de peste por la vía marítima. Aunque es feroz y carnicero, no parece que devora sus congéneres más débiles, contribuyendo así á las epizotias pestosas. Sólo en circunstancias excepcionales parecen devorarse entre sí. Por regla general cuando se alojan muchas de estas ratas en una habitación y alguna de ellas cae enferma, huyen ó emigran las demás. Lo mismo ocurre con las ratas de granero que, como aquélla, no regresan hasta mucho tiempo después al lugar infestado. Es capaz de nadar y de sumergirse, lo que explica su predilección por las cloacas, que le ofrecen refugio seguro y adaptado á sus hábitos en las ciudades y los puertos. El Mus rattus, ó rata de granero, difiere poco en sus costumbres del anterior, sólo que no vive tan bien en el agua. De aquí que frecuente menos las cloacas, alojándose con preferencia en los graneros, buhardillas y subsuelos. Se halla en todos los pisos de la casa y es más delicado en su alimentación que el Mus decumanus. Busca con predilección los almacenes de granos y comestibles y pulula á bordo de los buques. No gusta de hacerse un abrigo en tierra, sino que anida con preferencia en los escondrijos de muebles y materiales. Esto explica las epidemias domésticas y su reviviscencia, pudiendo aplicarse todos estos caracteres al Mus musculus o ratón.

   »»La peste en las ratas puede obtenerse experimentalmente como en todos los roedores. El procedimiento más sencillo es el de inoculación subcutánea, siendo difícil la intravenosa. La ingestión de alimentos infestado con el bacilo pestoso no da generalmente resultado. En cuanto á la introducción en el orificio de las narices del moco nasal de un animal enfermo provoca la peste de forma neumónica.

Fig 5. «Discos de metal colocados en las maromas de los buques anclados en puertos para evitar el paso de las ratas», pág 798, tomo 49./ Espasa-Calpe

   »»El ratón parece ser un animal más sensible, ya que enferma en pocas horas por una picadura en la pata con una aguja que ha tocado un cultivo de bacilos. Desarrollándose como primeros síntomas malestar local y un bubón en el ganglio regional. A las quince ó veinte horas cesa el ratón de comer, erizándosele el pelo y permaneciendo inmóvil y somnoliento en un rincón de la jaula. La muerte ocurre entre uno y tres días según la virulencia del microbio. El Mus decumanus y el Mus rattus ofrecen el mismo cuadro clínico y la misma evolución, con la sola diferencia de tardar veinticuatro horas en aparecer los primeros síntomas. La peste natural en los múridos no difiere de la experimental. Una vez llegados al término de su enfermedad ofrecen accesos convulsivos, dificultad respiratoria y escalofríos, saliendo entonces de sus escondrijos y corriendo con tambaleo para morir á poco. El signo local más importante viene constituído por el bubón que radica por lo común en el cuello y va acompañado de numerosos infartos ganglionares. Hay degeneración grasosa del hígado, esplenomegalia, congestión renal, derrame pleural sanguinolento y hemorragias subcutáneas ó viscerales. Los médicos de la Comisión inglesa del Indostán dan la mayor importancia á los signos macroscópicos en el diagnóstico. Se sabe, en efecto, que los observadores habituados á la autopsia de ratas pestosas reconocen éstas casi de una ojeada. Sin embargo, diversas enfermedades reproducen un cuadro análogo al de la peste. Así, Billet ha señalado la tripanosominsis de la rata debida al Trypanosoma Lecrisi y la enferdead de Balfour debida al Leucocytozoon muris. El examen microscópico se dirige sólo á buscar el bacilo de Yersin. Esto se descubre á las veinticuatro horas, ya en una preparación directa, ya en una siembra con una gota de sangre infectada, ya en el bubón. Pero después de la muerte cabe reconocer y aislar el microbio por inoculación en el cobaya. Se evitará la vía subcutánea para dicha inoculación para no provocar infecciones asociadas. Se eligen fragmentos de órgano, de bazo en particular, para hacer frotes sobre la piel previamente rasurada. El microbio pestoso penetra más fácilmente que los otros en el organismo por las minúsculas erosiones de la epidermis. Sabido es modernamente que la pulga desempeña el papel principal y la chinche un accesorio en la transmisión de la peste por los múridos. El papel patogénico admitido por Haffkin en la mosca y el mosquito se halla hoy abandonado. Innumerables son, por los demás, las pulgas que figuran en los múridos como comensales permanentes ó habituales. Sólo un pequeño número se ha estudiado hasta ahora como transmisores de la peste. Ogata, en 1897, halló el bacilo de Yersin en el cuerpo de pulgas capturadas sobre ratas en Formosa. Tidswell, Simond, Gauthier y Rambaud confirmaron sucesivamente el hecho. Actualmente las especies de pulgas que se reconocen como transmisoras de la infección son: el Pulex cheopis, el Pulex irritans, el Pulex felis, el Ctenopsylla musculi y el Ceratophillus fasciatus. El problema del contagio de las ratas ha preocupado largo tiempo á los observadores, pero hoy se halla plenamente aclarado. La experimentación enseña que haciendo picar por el Pulex cheopis una rata pestosa contrae la pulga la infección transmitiéndola á otra rata sana al picarla. Cuando se quiere provocar una epizotia pestosa entre las ratas (y también entre los cobayas) basta introducir un animal enfermo en un grupo de otros sanos, esparciendo luego un número suficiente de Pules cheopis. La epizotia se realiza en las mismas condiciones que en la naturaleza. Todas las especies que pican habitualmente la rata pueden transmitirle la enfermedad. La temperatura de 20 á 25º parece ser la óptima, aunque puede efectuarse incluso á 5º. Las pulgas de ambos sexos son aptas igualmente á la transmisión, siendo necesarias varias picaduras. El mecanismo de aquélla no parece ser el de inoculación salival como en el paludismo. Hoy, los experimentos de Veribitski, Simond y los médicos de la comisión inglesa del Indostán concuerdan en atribuir el papel el papel principal á las deyecciones de la pulga en las cercanías del punto picado. Cuando se hacen picar las ratas por pulgas sanas y se embadurnan luego con cultivos de peste contraen la enfermedad. En cambio, cuando se efectúa el embadurnamiento sin picadura previa no se logra la infección. El mecanismo de transmisión por la picadura de la chinche es hipotético todavía. Las recrudescencias epidémicas de la peste humana se relacionan siempre con las de la epizotia murina. El período de calma corresponde al de cese de la epizotia en las ratas que, sin embargo, no es la única causa de contagio. En una localidad donde reina la epizotia, el número de ratas no tarda en disminuir por el doble hecho de la mortalidad y de la emigración. La inmunidad se crea para las sobrevivientes de las que muy pocas permanecen sensibles. La población murina, por otra parte, no tarda en regenerarse por reproducción é inmigración. La recrudescencia pestífera exige tres condiciones: retorno de la abundancia de ratas, de la de pulgas y temperatura inferior á 30º. En cada localidad coincide el período epidémico con el de la estación del año en que se reúnen dichas condiciones. No han podido reconocerse aún las causas de la extinción de la peste en un foco entre los múridos. Sin embargo, no puede dudarse que corresponde exactamente á la extinción de la peste humana.

Fig 6. «Aparato Clayton», pág 798, tomo 49./ Espasa-Calpe

   »»El papel de la rata, aunque innegable en la transmisión de la peste por vía de tierra, es capital en la vía de mar. Este roedor es comensal obligado de los buques, tanto el Mus decumanus como para el Mus rattus. Cuando el buque recala escápanse á tierra en exploración y recíprocamente á aquél las ratas de las cloacas y de los buques vecinos. No es raro que un buque, al abandonar un puerto apestado, se lleve algunas ratas infectadas. Si las condiciones son abonadas á bordo para que lo parasiten las pulgas, no tarda en declararse una epizotia. Mientras los animales permanecen en la cala, queda localizada la enfermedad, pero cuando invaden los aposentos de la tripulación, esparcen en ello la pulga y aparece la epidemia. El papel del hombre en la transmisión de la peste es, pues, secundario, teniéndolo muy grande, en cambio, la rata. Tanto en Sidney como en Nápoles, Oporto y la Asunción, la peste se ha importado por ratas procedentes con el buque de un puerto infestado sin ningún caso en la travesía. De aquí que las preocupaciones sanitarias deben tomarse contra las ratas, lo cual supones en la práctica innumerables dificultades. Dependen éstas de la necesidad de una higiene completa del buque ya desde su construcción. Esta ha de facilitar la desratización rápida por medio de gases asfixiantes. Hoy con las condiciones de los buques no se transmite fácilmente la peste múrica á los tripulantes. Esta circunstancia es peor todavía, ya que da una engañosa seguridad. Por vía terrestre la rata viaja con los vagones de ferrocarril, camiones y carros de mercancías predilectas de aquélla, como granos, paja, heno y materia alimenticias secas. Entonces debe interrumpirse el aprovisionamiento con aquéllos cuando proceden de una localidad sospechosa. Sea como quiera, debe procederse á la instalación de un laboratorio especial y de una brigada de cazadores de ratas. Cada una de dichas brigadas está á las órdenes de un agente sanitario encargado de vigilar en cada barrio la morbosidad y mortalidad murina. Todas las ratas muertas ó enfermas se conducen al laboratorio especial en jaulas de hierro ó sacos impermeables. Una ficha indica la procedencia exacta de los animales sospechosos. Cuando el examen bacteriológico confirma la sospecha se hace desalojar el local de donde procede la rata y se trasladan sus habitantes al lazareto. La casas albergan con facilidad ratas y, por tanto, se convierten en focos de peste cuando no reúnen adecuadas condiciones higiénicas. Así las paredes deben ser lisas para que no queden escondrijos y las bodegas y subterráneos bastante elevados para circular en ellos libremente y practicarse sin tropiezo la limpieza y la desinfección. El suelo será impermeable gracias al embaldosado, cementado o asfaltado. Las aberturas que dan luz á los subterráneos y comunican con el exterior estarán alambradas. Lo propio cabe decir de los imbornales que recogen aguas de cocinas y de lluvias. Las cocinas, despensas y excusados necesitan de particulares precauciones para que no sean abrigo de roedores. Innumerables son los lazos para su captura, pero sus resultados no pasan de medianos. La rata, en efecto, es un animal inteligente y no tarda en evitarlos en pos de los primeros escarmientos. Por imperfecto que sea el procedimiento puede prestar servicios cuando se varía su modelo, lo propio que el cebo. Debe desinfectarse cuidadosamente después de cada utilización para que desaparezca el tufo de rata. Los venenos son susceptibles de iguales objeciones que los lazos y así los múridos abandonan á veces el local cuando mueren algunos de ellos de aquel modo. Por fin, en ocasiones su cadáver permanece en escondrijos infestando con su hedor la habitación. El perro y el gato ofrecen, junto á sus ventajas como cazadores de ratas, el inconveniente de recoger sus pulgas, distribuyendo así á la difusión de la enfermedad. En este sentido debe preferirse el perro, más fácil de vigilar y más refractario á la peste. El virus Danisz[2] obra por ingestión desarrollando una enfermedad mortal en las ratas. Su agente es un microbio que no difiere esencialmente del cocobacilo del tifus de los ratones aislado por Loeffer. Se cultiva en caldo ó agar-agar, dándose á las ratas en sus alimentos predilectos como el pan ú otros. Es virulento en extremo para los animales de pequeña talla, pero no para los grandes, en cuyo caso debe exaltarse su virulencia. Danisz recomienda á este fin el carbonato de bario. La infección no se transmite á las ratas sanas ni menos á los animales domésticos. Los experimentos realizados con dicho virus en la Ciudad de El Cabo en 1901 y en Odessa en 1902 fueron coronados del éxito más completo. El procedimiento más común de desratización es, sin embargo, el de los gases asfixiantes que se producen con aparatos diversos. El más conocido y en uso es el de Clayton, que consiste esencialmente en un horno donde se quema azufre á elevada temperatura mediante el paso de una corriente de aire. El gas se desprende continuamente y en proporción mayor ó menor según la marcha que se imprima al aparato. Pasa después dicho gas á un refrigerante por la misma corriente de aire que proporciona el oxígeno. De aquí se proyecta á tubos que conducen al local que debe desinfectarse. Se halla constituído el gas por anhídrido sulfuroso[3] con una débil proporción de anhídrido sulfúrico y algunos compuestos oxidados de azufre. Experimentalmente se demuestra que cuando la atmósfera de un local cerrado contiene una proporción de 12 por 100 de aquel gas mueren todas las ratas. El aparato Clayton empléase en todos los locales infestados de ratas, como almacenes, cloacas, vagones, bodegas, etcétera, pero su aplicación principal es en los buques. Tiene en ellos la ventaja de que gracias á su densidad se acumula en el fondo penetrando en todos los intersticios y, por tanto, alcanzando las ratas en todos sus escondrijos. La operación es de éxito completo cuando se conduce atentamente midiendo el grado de saturación de la atmósfera. Puede instalarse el aparato en chalupas para desratizar los buques en rada. Para funcionar en tierra se montan, en general, en un carro. En el procedimiento Marot se utiliza el ácido sulfuroso[4], líquido que se proyecta en el local mediante un ventilador. El aparato debe lanzar por minuto 25 m. 3 de gas que contienen de 25 á 30 por 100 de ácido sulfuroso. La desinfección de un buque no requiere más que dos horas con este aparato. En el procedimiento de Gauthier y Declos se utiliza una mezcla de 75 por 100 de flor de azufre, 25 por 100 de carbón vegetal pulverizado, en la proporción de 32 gr. por metro cúbico del espacio donde se opera. Se inflama el polvo con alcohol y se mantiene la combustión con un aparato del género Primus. Se creía antes que el carbón formaba óxido de carbono que unía su acción á la del anhídrido sulfuroso. Los experimentos (análisis químico, examen espectroscópico de la sangre de los animales destruídos, etc.) revelan que la acción tóxica del gas obtenido se debe únicamente al ácido sulfuroso. Se ha recomendado asimismo desratizar por el óxido de carbono[5], á cuyo fin se ha ideado el aparato de Nocht. Este procedimiento es peligroso como también los que utilizan ácido carbónico, cloro, formol y ácido cianhídrico.

Fig 7. «Aparato de Marot para desratizar buques», pág 799, tomo 49./ Espasa-Calpe

   »»Bibliogr. Brouardel y Mosny, Traité d’Hygiène (París, 1921); Weyl, Handbuch d. Hygiene (Berlín, 1920); Courmont, Manual de Higiene (ed. Espasa, Barcelona); Notter y Firth, A text-book of Hygiene (Londres, 1919); Prausnitz, Grundzüge d. Hygiene (Berlín, 1922); Chantemesse, Traité d’Hygiène maritime (París, 1919); Faivre, Prophylaxie internationale et nationale (París, 1919); Langlois, Manual de Higiene pública y privada (Barcelona, 1921); Macaigne. Précis d’Hygiène (París, 1921).

  »»Rata. Zool. y Peleont. Nombre vulgar del Epimys rattus y del E. norvegicus, mamíferos roedores, de la familia de los múridos, tribu de los murinos. En general, se suelen distinguir las ratas de los ratones por los pliegues palatinos no divididos en medio; pies gruesos y rollizos, cola con más de 200 anillos, mientras que los ratones tienen los pliegues palatinos divididos, los pies esbeltos y la cola con 180 anillos lo más. V. la lám. Roedores.

   »»Del Apodemus se distinguen por sus dos primeros molares verdaderos superiores con dos tubérculos internos, del Mus por el tubérculo tarsiano interno de la planta del pie muy alargado en las especies más comunes, corona del primer molar verdadero superior poco más larga que la del segundo. Los ojos y orejas son grandes, el rudimento del pulgar anterior con uña corta y aplanada, cola muy larga y desnuda, incisivos estrechos, con cara anterior lisa. Sus especies se distribuyen en el Antiguo Continente y son muchas, pero las más extendidas son las ya citadas.

   »»Se distingue el E. rattus por su cola más larga que la cabeza y el cuerpo; llevando la oreja hacia delante llega al ojo; el pelaje es negruzco ó ceniciento en el tipo y leonado ó pardo en la rata de campo, E. rattus frugivorus. El E. norvegicus, Mus decumanus es de cola corta y orejas también más cortas.

   »»En la primera la cabeza es también estrecha y alargada, los labios, garganta y el resto de la parte anterior cenicientos pálidos, encima de los tarsos algo pardo, pelo lustroso y cerca del arranque de la cola con reflejos metálicos verdosos, orejas con color de carne y negruzcas, como la cola. Su largura es de 183 mm., la cola 200, y oreja 24. Vive en Europa y gran parte de Africa y Asia, habiéndose introducido también en América; en España no abunda, y casi no existe más que en el N.; pero la forma frugivorus sí está más difundida por España y otros países mediterráneos. De las poblaciones la ha expulsado el E. norvegicus, sobre todo de los bajos.

   »»Esta última especie tiene la cabeza más gruesa, el color por encima es de tierra obscura ó amarillento agrisado, por debajo blanco agrisado ó ahumado, en la cola pelitos negros encima y blancos los de abajo, pies con pocos pelitos blanquecinos, los posteriores á veces con mancha gris ó parda. Largura de 215 mm (á veces hasta 248) y la cola 191, oreja 21. Procede de Asia, y llegó á España á fines del siglo XVIII. A veces se acostumbra al agua. Es el mamífero más omnívoro, de los más adaptables y también de los más dispuestos á transmitir gérmenes de enfermedades infecciosas. Los anillos de la cola en la primera son 260 á 270 y la segunda 210. Aquélla se supone originaria de Persia, y Alberto Magno la cita ya en Alemania. El único medio de evitarlas es que los muros tengan cimientos hondos y las piedras estén unidas con sólidos materiales en que se intercalen pedazos de vidrio. Son capaces de roer á los niños y de hacer agujeros en el cuerpo de los cerdos gordos; á los gansos les devoran las membranas natatorias y hasta se atreven con las plantas de los pies de los elefantes jóvenes. En París se hizo en cuatro semanas un exterminio de 16,000 ratas, y no lejos de allí devoraron en una noche 35 caballos muertos. En una invernada de Kane en los hielos árticos se apoderaron de tal modo del barco, que no valieron fumigaciones, ni el perro, ni acabó con ellas á flechazos y esquimal, aunque sí proporcionó á la tripulación caldo de carne fresca para todo el invierno; por fin, un zorro cazado y encerrado en la bodega acabó con ellas.

   »»La rata emigrante nada mucho mejor que la negra, y hasta corre por el fondo durante algunos minutos. Siempre están en pelea entre ellas, y los machos más perversos son desterrados del grupo. La gestación dura un mes, y pare 5 á 21 crías del tamaño de cochorros ó abejorros, y son de un rojo escarlata; á los ocho días son ya bastante blancas y á los diez y seis ya han abierto los ojos; á los veintiuno alcanzan e tamaño de un ratón; al mes todavía maman. A los setenta y dos ya pare otra vez la madre, y á los ciento tres la hija; pero se dan casos de que las crías al cabo de algunos días resultan devoradas por su madre. Alimentadas con carne y grasa, despiden su piel y sus orines un hedor insoportable, que falta en absoluto en las alimentadas con patatas hervidas y pan mojado en leche, pepitas de calabaza y cañamones. Cuando muere una las demás le abren el cráneo, le comen los sesos y después lo demás, dejando los huesos y la piel. El macho está dispuesto á devorar las crías sin o le apartan de allí.

   »»A veces los incisivos inferiores crecen desmesuradamente en tornillo y atraviesan los carrillos, llegando á morir de hambre la rata. Cuidadas en jaulas estrechas llegan á amansarse y hasta domesticarse, portándose como los otros animales caseros.

   »»En ciertos casos suelen quedar varias ratas pegadas por la cola, formando lo que se llama rey de las ratas, y entonces las otras ratas, compadecidas, les dan de comer.

   »»Se las persigue dándoles de cebo manteca con cal, que les excita la sed, beben agua y mueren. Si el gato es buen cazador acaban por desaparecer de allí las supervivientes. También son enemigos eficaces el veso [6] y la comadreja, de los cuales se pueden defender la aves de corral cerrando bien las puertas. A veces la rata se finge la muerta para librarse del hombre. Una trampa muy eficaz consiste en una fosa de metro y medio de hondo, con paredes de mármol pulido, construída en sitio frecuentado, cerca de sumideros, etc., mucho más estrecha por arriba que por abajo para que no puedan trepar; se pone en el fondo manteca derretida, miel con agua y otra cosas que despidan olor, una vasija de barro á modo de alcancía empapada en miel, y dentro de ella granos, tocino frito, etc. Se cubre la entrada de la fosa con un enrejado para que no caiga un perro, y no tarda en tirarse á la fosa una rata; pero no puede comer lo que hay dentro de la alcancía, y al tirarse allá otra se entabla una lucha y la vencedora devora á su compañera, siguiendo el procedimiento entre ésta y la que más tarde caiga en la trampa.»

Notas:

[1] Wikipedia. Enciclopedia Espasa. Enlace: es.wikipedia.org/wiki/Enciclopedia_Espasa (Consulta: 04-10-2019. )

[2] Este virus no era otra cosa que cultivos de Salmonella para que las ratas pudieran transmitirlo por contacto unas a otras.

[3] Anhídrido sulfuroso o dióxido de azufre, SO2.

[4] Ácido sulfuroso o ácido trioxosulfúrico, H2SO3.

[5] Óxido de carbono o monóxido de carbono, CO.

[6] Veso es un nombre utilizado antiguamente para el turón, Mustela putorius.

Fig 8. Página 795, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

Fig 9. Página 796, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

Fig 10. Página 797, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

Fig 11. Página 798, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

Fig 12. Página 799, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

Fig 13. Página 200, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

Fig 14. Página 201, volumen 49./ C. Pradera 09-2019

2 comentarios en “‘Rata’, entrada de la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana de Espasa-Calpe (ca 1920)

  1. David dijo:

    Maravilloso. Qué sabor a infancia da esto de la enciclopedia. Hoy el ‘conocimiento’ ‘está’ en internet.
    Me encantó esta entrada.
    Gracias.
    Saludos.

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