C. Pradera, Barcelona, 30-06-2019
Dentro de la familia Vespidae (Hymenoptera), la subfamilia Eumeninae es la más numerosa en cuanto a número de especies. Son conocidas de manera genérica como avispas alfareras, ya que las especies de algunos géneros, como Eumenes que da nombre a la subfamilia, construyen celdillas de barro para el desarrollo de las larvas. Estas celdas pueden estar aisladas o bien agrupadas. Y en el caso de estar agrupadas, pueden varias hembras compartir un mismo espacio. Otras especies utilizan cavidades preexistentes que sellan, por lo general, con barro.
En la imagen número 1, se puede ver la parte alta del cobertizo de una granja de Llabià, Baix Empordà (Girona). Entre 5 y 6 metros de altura, cerca de la cubierta, se podían ver numerosas agrupaciones de celdillas de Eumoninae. Pude acceder a esa altura y tomar imágenes de una agrupación y de varias avispas que la compartían. Si ser buen conocedor de esta familia, llegué a la conclusión de que se trataba de algunas especie del género Euodynerus. Muchos eumeninos tienen el patrón típico negro y amarillo de otros véspidos. También puede ser negro y blanco o negro y rojo.
Los eumeninos son depredadores. Cazan insectos o arácnidos que paralizan con su veneno para alimentar a la larva. Esto los convierte en animales beneficiosos. Cuando la hembra construye una celda, deposita presas y pone encima un huevo. Luego cierran la celdilla y la larva naciente se va alimentando de las presas. El ciclo se completa desde semanas hasta un año. Los adultos acuden a las flores a alimentarse de polen y néctar.

Fig 3. Avispa alfarera Euodynerus llevando una bola de barro para construir las celdillas./ C. Pradera 06-2019

Fig 4. Avispa alfarera Euodynerus llevando una bola de barro para construir las celdillas./ C. Pradera 06-2019