C. Pradera, Barcelona, 07-10-2017
Hace unos días pasé la mañana en la Vall de Sant Quirze disfrutando del paisaje de la Albera (Girona). En la imagen número 1, se puede ver el espléndido convento de Sant Quirze de Colera rodeado de campos teñidos de amarillo por la flor del hinojo. Es un paisaje típicamente mediterráneo que se encuentra catalogado como parque natural. Un bien que es necesario preservar y más, si tenemos en cuenta, que allí se encuentra la última población de tortuga mediterránea (Testudo hermanni) de la Península Ibérica.
Entre lo que pude ver en el poco tiempo del que disponía, destaca un ejemplar de lagartija colilarga (Psammodromus algirus). Este reptil se encuentra distribuido por toda la Península Ibérica a excepción de la cornisa cantábrica. Sin embargo, en la zona donde vivo es poco abundante. La lagartija que encuentro es la parda (Podarcis lioepis) [1], la cual es más pequeña que la colilarga es más grande que la parda, 14 centímetros frente a 25.
Como su nombre vulgar indica, su larga cola es un rasgo importante para su identificación. Se trata de una especie de gran belleza. En época de celo, el macho muestra roja la parte inferior de la cabeza. El ejemplar de las imágenes, no se asustó ante mi presencia y permitió que me acercara para tomar fotografías de detalle. He de decir que lo que más me gusta de esta especie son las escamas que recorren su cuerpo. Son lanceoladas. Me recuerdan a la armadura de escamas (loriqua scamata) que llevaban los soldados romanos para protegerse. En las imágenes 8 y 9 se pueden apreciar las escamas. Y en la imagen número 10 se pueden ver en detalle. Aunque todas las escamas son lanceoladas, las del costado tienen además una nervadura central.
Según Albert Masó y Manuel Pijoan (2011) [2], la lagartija colilarga puede realizar una o dos puestas al año de 2 a 11 huevos. No está considerada una especie amenazada, pero sí es sensible a la urbanización. Esto contrasta con la lagartija parda que se beneficia del medio urbano, el cual le ofrece protección. Esto se debe a que el hábitat de la colilarga es a pie de suelo, entre la hojarasca o al pie de matorrales, árboles y arbustos. Y evita zonas muy abiertas.
Notas:
[1] C. Pradera. 12-05-2013. Lagartija parda, Podarcis liolepis (Squamata, Lacertidae), en Santa Coloma de Gramenet. El desinsectador y desratizador.
[2] Albert Masó & Manuel Pijoan. 2011. Anfibios y reptiles de la Península Ibérica, Baleares y Canarias. Ediciones Omega, Barcelona. 848 pp. 21’5 cm. Primera edición. ISBN 978-84-282-1368-4.