Gluvia dorsalis (Solifugae, Daesiidae) nuestro único solífugo

Fig 1. Solífugo Gluvia dorsalis encontrado en Santa María del Tiétar (Ávila)./ César Pérez 08-2017

C. Pradera, Barcelona, 06-08-2017

César Pérez de Tiétar Control de Plagas (tietarcontroldeplagas.com) me ha enviado unas interesantes imágenes de un arácnido muy particular. Lo encontró en el garaje de su casa muy afectado por el insecticida que aplica regularmente a modo de barrera. Lo recogió y le hizo una fotografía para enseñármelo (figura 1). Y al verlo, le pedí si me podía hacer algunas fotografías para escribir una entrada. Resulta que César encontró un ejemplar de Gluvia dorsalis, que es la única especie del orden de los solífugos (Solifugae) que hay en la Península Ibérica [1]. Se trata, pues, de un endemismo. En la figura 2, se puede ver un mapa de su distribución elaborado por Antonio Luis González-Moliné [2]. Particularmente, nunca me he encontrado uno. Me encantaría.

Fig 2. Distribución Península Ibérica según González-Moliné 2008.

Como se puede apreciar en las imágenes, el solífugo tiene un aspecto diferente a las especies de otros órdenes de la clase Arachnida. Si lo comparamos con las especies del orden Araneae, cuyos ejemplares comúnmente denominamos arañas, tiene unas diferencias notables. En primer lugar, posee unos pedipalpos en la parte anterior tan largos que se pueden confundir con patas. En segundo lugar, los cuatro pares de patas son no son iguales en tamaño. En general, las arañas tienen todas sus patas de una longitud similar. En tercer lugar, el abdomen es estrecho y alargado. Y en cuarto lugar, tiene unos quelíceros poderosos. Quizás este aspecto es el más interesante y diferencial. Si nos fijamos en el cefalotórax de un solífugo, veremos que todo lo que queda por delante de los ojos son los dos quelíceros. Son grandes y bien desarrollados. Son unas mandíbulas muy bien preparadas para agarrar y triturar a las presas. Estos quelíceros tienen en su extremo unos afilados dientes que penetran en la presa y no lo sueltan.

Los solífugos deben su nombre a que huyen del sol, ya que la mayoría de especies son de hábitos nocturnos. Son animales adaptados a las zonas áridas, razón por la cual se esconden del sol. Esto lo pueden hacer escondiéndose debajo una piedra, tronco o cualquier otro objeto que le dé protección, o bien cavando un agujero gracias a sus quelíceros que utiliza como una pala. De hecho, la hembra cava una cámara subterránea donde deposita los huevos y cuida de ellos durante un tiempo. Se los conoce popularmente como arañas camello por su adaptación a zonas desérticas y semidesérticas. En las Islas Canarias existe el solífugo Eusimonia wunderlichi, el cual constituye otro endemismo.

Fig 3. Solífugo Gluvia dorsalis./ César Pérez 08-2017

Para finalizar, me gustaría remarcar que los solífugos carecen de veneno a diferencia de otros arácnidos como las arañas y escorpiones. Son totalmente inofensivos para las personas. Así pues, si ves uno en tu casa no te alarmes. Más asustado estará él de ver un bicho de dos patas que pesa unas 7 u 8 mil veces más. Inténtalo cazar sin hacerle daño y déjalo en el exterior de tu casa. Si Gluvia dorsalis no está protegida bajo alguna ley de protección del patrimonio natural, debería estarlo.

Addenda. Añado una imagen que ha compartido conmigo David Rollán de Guadarrama, Madrid, en agosto de 2021 (figura 7). Y también 5 imágenes de Luis Argente Martín que tomó en Fermoselle, Zamora (figuras 8-12). Se puede ver al solífugo con una presa que parece una mosca doméstica.

Notas:

[1] Antonio Luis González-Moliné. 2015. Clase Arachnida, Orden Solifugae. Revista IDE@ – SEA, No 19, pp 1–14.

[2] A.L. González-Moliné, A. Melic & J. A. Barrientos. 2008. Taxonomía, distribución geográfica e historia natural del endemismo ibérico Gluvia Dorsalis (Latreille, 1817) (Solifugae: Daesiidae). Boletín Sociedad Entomológica Aragonesa (SEA), No 42, pp 385–395.

Fig 4. Solífugo Gluvia dorsalis./ César Pérez 08-2017

Fig 5. Solífugo Gluvia dorsalis./ César Pérez 08-2017

Fig 6. Solífugo Gluvia dorsalis./ César Pérez 08-2017

Fig 7. Solífugo Gluvia dorsalis en Guadarrama, Madrid./ David Rollán 08-2021

Fig 8. Solífugo Gluvia dorsalis en Fermoselle, Zamora./ Luis Argente Martín 2014

Fig 9. Solífugo Gluvia dorsalis en Fermoselle, Zamora./ Luis Argente Martín, 2014

Fig 10. Solífugo Gluvia dorsalis en Fermoselle, Zamora./ Luis Argente Martín, 2014

Fig 11. Solífugo Gluvia dorsalis en Fermoselle, Zamora./ Luis Argente Martín, 2014

Fig 12. Solífugo Gluvia dorsalis en Fermoselle, Zamora./ Luis Argente Martín, 2014

5 comentarios en “Gluvia dorsalis (Solifugae, Daesiidae) nuestro único solífugo

  1. José Manuel Garrido dijo:

    Buenas noches
    Dando un paseo nocturno por los alrededores del un pueblo de Sevilla, Castilblanco de los Arroyos vimos un ejemplar de este curioso arácnido.
    Le he hecho fotos por si os puede interesar.
    Un saludo y gracias por este artículo tan aclaratorio.

  2. Eugenio dijo:

    Magnífico artículo, desconocía su existencia hasta que me encontré dos ejemplares caminando por el campo en un terreno pedregoso por el crepúsculo, rozando ya el anochecer, por suerte dí con tu página y ya sé algo más de estos pequeños solífugos

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