C. Pradera, Barcelona, 26-01-2017
En las imágenes se puede ver un ejemplar macho de alacrán cebollero (Gryllotalpa gryllotalpa) que mi compañero Pepe Sánchez trajo a la oficina hace un par de meses. Había tropezado con una trampa adhesiva y yacía muerto. Me lo dio sabiendo que me interesaría. Por supuesto. El alacrán cebollero es un un insecto misterioso para mí. Aunque no para un hortelano que padezca su presencia. Pero yo es que no me lo suelo encontrar. De hecho, uno de mis tantos proyectos es poder tomar unas buenas fotografías de este ortóptero.
Algo que me gusta de este grillo es que tiene muchos nombres. Junto al de alacrán cebollero, en castellano se utiliza el nombre de grillo topo y el de grillotalpa. Pero tiene muchos otros nombres como calluerzo, grillo real o luarza. He leído que en una zona de Perú se lo llama perrito de Dios. Buenísimo. En catalán tiene también gran variedad de nombres, pero los más comunes son cadell y tallacebes en Cataluña y tallarrós en Valencia. En gallego se le denomina alacrán ceboleiro, pero también carriola y cortón. En asturiano, hay una zona donde lo llaman alalán. Es de aquellos animales tan particulares que cada uno lo llama de diferente manera.
Tiene un aspecto que lo hace inconfundible. Destacan sus patas delanteras que tiene adaptadas para excavar largas galerías donde pasa gran parte del tiempo. Es por ello que es difícil de ver, aunque es más factible durante la noche. De esta manera puede acceder a las raíces de las que se alimenta y se mantiene en unas condiciones altas de humedad que son las que requiere para su desarrollo. No es animal de secano de aquí que abunde en los huertos y campos con riego.
Los manuales dan unas dimensiones de entre 35 y 50 milímetros. El ejemplar de las imágenes es un macho que mide aproximadamente 45 mm. A simple vista, el macho y la hembra son muy parecidos. Sin embargo, hay diferencias en la longitud de las tegminas y alas. El macho tiene las tegminas más largas y las alas sobrepasan el abdomen.
La hembra realiza la puesta en primavera en una galería que puede llegar hasta los 30 centímetros de profundidad. Las ninfas nacidas en verano no maduran hasta la primavera siguiente. En su etapa adulta está provisto de alas, lo cual le permite realizar volar, aunque parece que de manera torpe.
La identificación del género Gryllotalpa es clara si nos encontramos con uno, ya que es una especie muy particular en Europa. La especie común es G. gryllotalpa, que tiene una amplia distribución por todo el continente, aunque no se encuentra en la zona más al norte como en Escandinavia. Ahora bien, en la Península Ibérica, aunque es común, se encuentran otras tres especies como G. vineae, G. africana y G. septemdecimchromosomica [2]. No es fácil la distinción entre estas especies y es necesario una buena observación a la lupa binocular. Respecto a G. gryllotalpa ha sido llevada a otras partes del mundo tan lejanas como Australia.
Al alacrán cebollero se lo ha combatido a muerte en los cultivos. En la imagen número 5, se puede ver una hoja divulgadora de Abonos Medem donde se publicita un producto que se llegó a utilizar mucho en la década de 1950 y 1960. Cadell-Ex era un cebo envenenado a base de arroz o maíz triturado que se espolvoraba por el suelo. En aquella época los cebos contra el alacrán cebollero estaban formulados con fosfuro de zinc, verde París (acetoarseniato de cobre) o fluosilicato de bario. Se espolvoreaba a razón de 40 a 50 kilos por hectárea. Otro sistema muy pernicioso era verter aceites de origen diverso por la entrada de la galería [1].
Por suerte, hoy en día se empieza a conocer mejor al alacrán cebollero. Y se considera que en bajo número no es perjudicial para los cultivos, sino beneficioso porque también se alimenta de animales perjudiciales. De hecho, en algunas zonas de Europa como el Reino Unido parece que está en peligro de extinción debido a las modernas técnicas agrícolas.
Notas:
[1] Manuel Llanos Company. 1966. Enfermedades y plagas del tabaco en el campo. Hojas Divulgadoras, Nº 4, 66H. Ministerio de Agricultura, Madrid.
[2] Ginés Rodríguez & Manuel Ríos. 2020. Gryllotalpa vineae Bennet-Clark, 1970 (Orthoptera: Gryllotalpidae), primera cita para la provincia de Córdoba (Andalucía, España). Boletín de la SAE, 30: 147-149.
Muy interesante! La verdad es que es una animal que siempre me ha resultado muy curioso.
Un podcast donde hablan un poco de él:
http://www.rtve.es/alacarta/audios/animales-y-medio-ambiente/animales-medio-ambiente-grillo-topo-03-07-16/3652808/#aHR0cDovL3d3dy5ydHZlLmVzL2FsYWNhcnRhL2ludGVybm8vY29udGVudHRhYmxlLnNodG1sP3BicT00Jm9yZGVyQ3JpdGVyaWE9REVTQyZtb2RsPVRPQyZsb2NhbGU9ZXMmcGFnZVNpemU9MTUmY3R4PTE4ODQmYWR2U2VhcmNoT3Blbj1mYWxzZQ==
Hoy encontré uno en mi cocina, vivo en Argentina, Provincia de Buenos Aires. Lo tengo en un frasco. Si le interesa a alguien escriban a mi correo electrónico. marthavenialvos@gimail.com
Pues yo es el segundo que encuentro en el patio de mi casa en cuestión de unas semanas. Hace un rato uno de mis perros estaba rascando en el suelo y salí a ver, y tenía a un de estos acorralado. Supongo que los tendré en la jardinera, porque curiosamente los veo de día, minutos después de regar.
¿Son peligrosos para los animales o los niños? Es la única preocupación que me supone.
Vivo en Nigrán, provincia de Pontevedra (ES)
No son peligrosos. No pican ni disponen de ninguna sustancia que pueda provocar irritación cutánea o algo parecido.
Muchas gracias!!
Desde que tenia al menos unos 8 años jugaba con ellos, me gustaba agarrarlos y sentir como intentan separar mis dedos para salir, da cosquillas