Encontré en un huerto, sobre lo que parecían crucíferas, gran cantidad de mosca blanca. Al levantar las hojas, se veía en el reverso huevos, larvas y adultos. Algunas plantas estaban muy infestadas. Hay que matizar el término mosca blanca, porque se trata de una etiqueta genérica para denominar a una gran cantidad de especies de la familia de los aleuródidos (Aleyrodidae). De lejos, los adultos de esta familia se parecen bastante. De cerca, uno puede intentar averiguar a qué género pertenecen gracias a la forma de las larvas. De hecho, cada especie de aleuródido está especializada en unas plantas concretas. A mí me parece que las moscas blancas de las imágenes pertenecen al género Aleyrodes.
Si uno tiene tiempo e interés, resulta muy interesante observar estos hemípteros. Si no se les combate, atacan a la planta a lo grande y hacen un estropicio limitando su crecimiento. Las larvas viven de chupar la savia. Y lo que no quieren lo excretan y manchan las hojas inferiores con melaza. El daño que causan directamente es grave, pero es que además está el daño indirecto que causan los hongos que se desarrollan sobre la melaza. Estos hongos dan un tono oscuro a las hojas por lo que se los conoce como negrillas (Fumaginas sp). Tenemos pues, una plaga primaria y una secundaria.
Cuando me puse a tomar fotografías con la ayuda del objetivo macro, descubrí unas pequeñas avispillas (figuras 11 a 15). Calculo que si los adultos de mosca blanca medían unos 2 milímetros (figura 16), estas avispillas no medían más de uno. Y vi que algunas se sentaban sobre las larvas. Parecían poner el culo (extremo del abdomen) justo encima. En una imagen (figura 15) pude ver que algo estaban inyectanto. Así pues, se trataba de un parasitoide que estaba haciendo su agosto a costa de la plaga. En casa he eso buscando de qué himenóptero podría tratarse de Encarsia sp. Estos parasitoides tienen todo lo que se necesita de las moscas blancas. La hembra deposita los huevos en el interior de las larvas. Y además obtiene el alimento de la melaza segregada por estas. Son muy efectivas, ya que además la hembra no necesita estar fecundada por el macho para poder realizar la puesta (partenogénesis). Caso curioso es que el macho, el cual es escaso, puede ejercer de hiperparásito si el número de hembras es muy elevado [1].
Notas:
[1] Encarsia formosa (Gaham, 1924), Control Bio, controlbiologico.info.