C. Pradera, Barcelona, 03-07-2016
Ayer estuve en la riera de Santa Fe del Montseny a la altura de la Font del Passavets, a unos 1.200 metros de altitud [1]. Anduve con mi mujer junto a la riera disfrutando de la belleza del lugar el cual se encuentra inmerso en un bosque de hayas. Paramos para comer y, al poco, empezaron ha llegar mosquitos (Culicidae). Primero hizo acto de aparición una vigorosa hembra de Aedes geniculatus que fue directo hacia mi mujer. Después fueron apareciendo más ejemplares de esta especie y también de otra, de tamaño más discreto. Al posarse sobre mi pierna, pude observar que tenía los pedipalpos tan largos como la probóscide. Esto me hizo pensar que se trataba de un mosquito del género Anopheles. Hice todas las fotografías que pude y cacé algunos ejemplares. En casa, determiné que se trataba de Anopheles plumbeus.
Llegué a la conclusión por el aspecto y tamaño, el cual lo diferencian de otras especies parecidas, como es Anopheles claviger. Y más importante, si cabe, por las características biológicas de A. plumbeus, ya que la hembra deposita tan solo los huevos en los huecos de los árboles [2]. Y el haya (Fagus sylvativa) es un árbol ideal para esta especie. De hecho, ayer estuve mirando en varios huecos como el que se puede ver en la imagen número 2. En este en concreto, había agua acumulada de color oscuro y había muchas hojas en el interior. Estuve observando, pero no vi larvas de mosquito. Y eso que parece que este tipo de huecos es el habitual: mucha materia orgánica, pigmentos, taninos, alta concentración de sales y pobre en oxígeno [2].
Se trata pues, de una especie de mosquito de bosque abundante de mayo a septiembre. Y además muy preparada para sobrevivir a los rigores del invierno, ya que se lo puede encontrar hasta los 1.500 metros de altitud. Según los manuales, las hembras pican principalmente cuando el sol empieza a desaparecer. Aunque también lo hace durante el día. Los mosquitos nos encontraron hacia las 13:00 horas aproximadamente. Imagino que en esa zona no se les ponen a tiro muchos mamíferos de nuestras dimensiones. Es lógico pensar que estos mosquitos estén más desarrollados en las zonas por donde circulen personas. De hecho, la Font de Passavets es visitada por su agua y es un punto de arranque para ascender hasta la cima del Turó de l’Home.
Para acabar, comentar dos aspectos más de este mosquito. El primero es que como se trata de un anofelino, pues puede ser transmisor del paludismo. El segundo es que, según leo en el artículo publicado en la página web del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) [3], esta especie ha tenido en Bélgica y en Francia una cierta adaptación al ámbito urbano.
Notas:
[1] Coordenadas con Google Maps: 41.781231, 2.450080.
[2] N. Becker, D. Petric, M. Zgomba, C. Boase, M.B. Madon, C. Dahl & A. Kaiser. 2010. Mosquitoes and their control. Second Edition. Springer Heidelberg Dordrecht, London-New York. 577 pp.
[3] European Centre for Disease Prevention and Control. Web: ecdc.europa.eu