C. Pradera, Barcelona, 03-04-2016
En anteriores entradas, he dedicado espacio a explicar un poco la historia del bote de aerosol. Como es sabido, fue en el marco de la Segunda Guerra Mundial que el Ejército de los EUA desarrolló la llamada bug bomb para combatir los mosquitos en el frente del Pacífico. Las enfermedades transmitidas por culícidos, como la malaria o la fiebre amarilla, constituían un serio problema. En la imagen número 1, se puede ver uno de los primeros modelos, el cual era rellenable. Con el tiempo, este primitivo bote de aerosol fue evolucionando en la forma y, lo más importante, en el mecanismo que permitía la liberación del producto insecticida de una manera fácil y cómoda.
Hace unos días, curioseando por Ebay, descubrí que, junto a la bug bomb, los soldados norteamericanos habían dispuesto de unos botes de aerosol de tamaño individual para desinsectar habitaciones. Como se puede ver en las imágenes, cada bote medía unas 3’5 pulgadas, esto es unos 9 centímetros aproximadamente. El mecanismo de liberación parece consistir en un tornillo que se desenrosca. Cada bote servía para desinsectar una habitación de 12 ft. sq. (12 pies cuadrados) como se puede leer en las instrucciones (figura 4). Para ello había que cerrar puertas y ventanas y dejar actuar el insecticida durante 15 minutos. El contenido se liberaba en 6 segundos.
Como se puede ver en el estuche de cartón (figura 2), la mezcla insecticida estaba compuesta por un 16’5% de materias activas y un 83’5% de gas propelente. Las materias activas eran DDT y pelitre, una mezcla eficaz por su persistencia y capacidad de derribo. El propelente era diclorodifluorometano, también conocido comercialmente como freón-12. A cada soldado se le daba un estuche con tres botes insecticidas.
En el estuche también se puede ver el fabricante, Walter Kidde & Company, Inc, de Bellevile, New Jersey. Se trata de una compañía fundada en 1917 por Walter Kidde que fue pionera. Entre otros logros, produjo el primer sistema integrado de detección de humo y extinción por dióxido de carbono para barcos en 1918 y el primer extintor portátil de dióxido de carbono en 1924 [1]. Es lógico, por tanto, que este fabricante hiciera estos envases de gas a presión. Y es probable que también fabricara bug bombs. En la actualidad la compañía sigue en activo dentro del negocio de la extinción de incendios mediante la fabricación de detectores.
Notas:
[1] kidde.com/home-safety/en/us/about/history/