Hace unos días estuve paseando junto al lago de Banyoles. Allí pude encontrar abundantes ánades reales (Anas platyrhynchos) junto a la orilla esperando que alguien les lanzara un poco de comida. En menor medida, también había fochas comunes (Fulica atra), que también parecían buscar su ración. Entre picotear la hierba del fondo y un trozo de pan, ánades y fochas no parecen tener ninguna duda. Es curioso como el pan es un alimento que gusta en general a muchos animales. Recuerdo en verano que en una granja, gallinas, cabras y burros se pelaban por unos trozos de pan. Además de las dos especies de aves acuáticas indicadas, en el lago había numerosas gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), algo normal teniendo en cuenta la época en la que estamos.
Me pareció divertido que las fochas se acercaran tanto a la orilla, porque en otros lugares están distantes y huyen en cuanto ven una persona. Pero en Banyoles parece que se han habituado a nosotros. Como se puede ver en las imágenes, es de menor tamaño que el ánade. Mide unos 40 centímetro de largo. Destaca su plumaje oscuro con el pico y el escudete blancos. No hay diferencia de aspecto entre macho y hembra.









