C. Pradera, Barcelona, 28-06-2013
Hace unos días vi unas golondrinas posadas sobre una caña que pendía sobre el río Besós a la altura de Montcada i Reixac (Barcelona). La estampa era bonita. Fui acercándome poco a poco y con cuidado. Pude hacer algunas fotos, aunque no del todo nítidas. Intenté acercarme más, pero las golondrinas se asustaron y echaron a volar. Lástima. Uno tiene las limitaciones de la cámara y cuesta adaptarse. Sobre la caña llegué a contar hasta siete ejemplares de golondrina común (Hirundo rustica). Es un ave pequeña, pero fuerte. Viaja cada año dos veces entre Europa y África. Llega hacia la primavera para procedente del sur de África. Aquí cría y allí pasa el invierno.
El adulto mide unos 18 centímetros de largo, desde la cabeza hasta el extremo de cola, formada por plumas dispuestas en horquilla. Esta cola larga y ahorquillada es una de las mejores maneras de identificarla y diferenciarla del avión común (Delichon urbicum). Estas dos aves son los representantes más comunes de la familia Hirundinidae que podemos encontrar en el medio urbano de donde resido, en el noreste de la Península Ibérica. Dos especies benéficas por la cantidad de insectos de la que nos libran. De hecho, el avión común es un ave más urbana que la golondrina común, ya que esta gusta más de vivir en zonas periurbanas y en campo abierto.
La golondrina busca pueblos rodeados de campo y con paisaje de vegetación baja. Estas zonas son ideales para su acrobático vuelo en pos de insectos voladores. Da alegría verla posada sobre los cables de teléfonos junto a una carretera local. Me encanta sus chasquidos y cómo adorna el cielo con vuelo preciso y elegante. La golondrina común ha conquistado el mundo. Se la puede encontrar distribuida por todos los continentes. Se cuentan 6 subespecies, siendo la europea clasificada con el nombre de Hirundo rustica rustica.
Un comentario en “Sobre la golondrina común, Hirundo rustica (Passeriformes, Hirundinidae)”