C. Pradera, Barcelona, 04-07-2018
El pasado sábado 30 de junio estuve en Ulldeter, Ripollès (Girona). Al mediodía, mi mujer y yo nos sentamos a comer en el Pla de la Portella. En las imágenes 1 y 2, se puede ver el bonito llano que se extiende a 2.200 metros de altitud. Allí aproveché para observar las especies de hormiga (Formicidae) que había. No fue una prospección en toda regla. Sencillamente, como dependo del tiempo y de la paciencia de mi mujer, fue una observación de lo que tenía cerca.
Encontré tres especies en lo que pude ver del llano: Formica lemani, Temnothorax tuberum y Leptothorax acervorum. También encontré una cuarta, Formica lugubris, en el límite del llano que toca al Torrent de la Portella. Era muy abundante cerca de los bosques de abetos. Hace un año, en mayo de 2017, dediqué una entrada a esta hormiga que construye domos a base de acículas y ramitas [1]. De las tres especies, la más abundante era Formica lemani. De hecho, todo el llano que pude recorrer estaba ocupado por esta especie. Se veía por todas partes. Y bajo cualquier piedra se encontraba un nido (figuras 3 y 4). Según los manuales [2], es una especie común en altura, muy presente a partir de los 1.500 metros. Allí donde abunda, la densidad de los nidos es muy alta. Es una especie poligínica. Las obreras miden entre 4 y 6 milímetros (figura 5). A esa altura, su alimentación es omnívora. Aprovechan todo lo que encuentran.
Muchas especies de hormigas están bien adaptadas a la vida a 2.000 metros. En esta zona colmada por la presencia de F. lemani, encontré otras especies de menor tamaño que convivían sin problemas. Se cruzaban unas con otras sin molestarse. Cada una a lo suyo. En segundo lugar, encontré Temnothorax tuberum. Las especies del género Temnothorax se caracerizan por formar colonias poco numerosas y por construir nidos en huecos de piedras o troncos. Esto se lo permite el hecho de que son de pequeño tamaño. Las obreras no suelen sobrepasar los 3 mm. En el caso de T. tuberum, las obreras miden entre 2’5 y 3 mm (figura 16). Se trata de una especie que gusta de la vida en zonas abiertas de alta montaña. Como la especie anterior, se alimenta de lo que encuentre.
En tercer lugar, encontré ejemplares del género Leptothorax. No es fácil la determinación de las especies de este género. Todo apunta a que los ejemplares pertenezcan a Leptothorax acervorum, la cual se encuentra en los Pirineos. Como todas las de este género, están especialmente adaptadas a la alta montaña, ya que están preparadas para soportar temperaturas muy bajas. Según los manuales [2], pueden soportar temperaturas de hasta -40ªC gracias a que acumulan glicerina en su cuerpo, lo cual evita que se formen cristales de hielo a bajas temperaturas. Como otras Leptothorax, forman pequeñas colonias. Las obreras de esta especie miden entre 3 y 4 mm (figura 17).
Si hubiera dispuesto de tiempo, habría buscado más a fondo. Hubiera encontrado otras interesantes especies que tan bien se encuentran en las alturas. Es un lujo para mí tener tan cerca los Pirineos y poder disfrutar de un paisaje y una fauna tan diferente a la que estoy acostumbrado. Es como transportarse al norte de Europa.
Notas:
[1] C. Pradera. 01-05-2017. Domos de Formica lugubris (Formicidae) en Boavi, Pallars sobirà, Lleida. El desinsectador y desratizador.
[2] C. Lebas, C. Galkowski, R. Blatrix & P. Wegnez. 2017. Guía de campo de las hormigas de Europa Occidental. Editorial Omega, Barcelona. 415 pp.