Hace unos días paseaba por un bosque observando hormigas. Pasó delante mío un pequeño coleóptero que aterrizó sobre mi pantalón. Lo recogí pensando que era un ejemplar del género Tomicus, un perforador que está diezmando los pinos de la comarca del Maresme (Barcelona). Guardé el ejemplar para observarlo en casa. Pero cuando me puse a mirarlo a través de la lupa binocular vi que no era de este género, sino de Hylurgus. Se trataba también de un perforador del pino de la familia de los escolítidos (Scolytidae), pero de menor interés porque, por suerte, no es una plaga de importancia para la supervivencia de las coníferas. A diferencia de Tomicus que se establece en la pare media y alta de las coníferas, Hylurgus lo hace en la base y en las raíces que quedan fuera del suelo.
