La semana pasada se celebraron en la localidad valenciana de El Puig las fiestas patronales dedicadas a San Pedro Nolasco. En el último domingo de enero se cuelgan piñatas que los quintos del pueblo deben romper. Estas piñatas son unas vasijas de barro a las que llaman en valenciano perols que colgados de una cuerda mueven para que los quintos prueben puntería. Las vasijas contienen regalos que los chavales se afanan en apresar. Pero no todo son regalos deseados, ya que es tradición meter ratas en alguna de estas vasijas. Así que cuando se rompe una de estas piñatas, se  lía padre. Las ratas caen al suelo y empiezan a volar contra los espectadores desprevenidos que se encuentran en la plaza. Si alguien del público no tiene asco, devuelve la rata contra los chavales. A este espectáculo de lanzarse ratas muertas se le llama ‘batalla de ratas’. Esta tradicional trencà de perols se ha convertido en polémico. Aunque es reprobado por las autoridades locales porque es políticamente incorrecto, se permite. Desde el Partido Animalista PACMA se echan las manos a la cabeza cada año. Desde hace unos años, se meten ratas muertas en las vasijas. Aunque en años pasados la tradición mandaba que las ratas de los perols estuvieran vivas. Al romper los quintos las vasijas, estas caían y eran perseguidas y muertas a garrotazos. Todo un espectáculo.